Un informe de la Contraloría General de la República (CGR) detonó críticas unánimes al revelar que 25.078 funcionarios públicos viajaron al extranjero entre 2023 y 2024 incumpliendo sus licencias médicas, las que exigen reposo en un domicilio declarado. La cifra motivó que diputados, como Henry Leal (UDI), anunciaran denuncias ante la Fiscalía y el Consejo de Defensa del Estado (CDE): «Vamos a perseguir a quienes lesionaron la fe pública». El caso reabrió el debate: ¿existen razones válidas para viajar durante una licencia?
Expertos en salud: Solo justificación médica es válida
Héctor Sánchez, exsuperintendente de Salud, explica que la licencia médica fija un «domicilio de reposo» que debe respetarse para garantizar la fiscalización. «No hay posibilidad de cambiar el lugar salvo notificación a la institución administradora, y solo por situaciones extraordinarias», aclara, pero enfatiza: «No hay otra condición que no sean estrictamente médicas».
Patricio Fernández, también exsuperintendente, coincide, pero agrega matices:
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Viajes al extranjero: Solo válidos si se acredita un tratamiento médico específico. «De lo contrario, se obstaculiza la fiscalización de Compin, Isapre o mutuales».
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Excepción psiquiátrica: En casos de depresión o ansiedad, la Superintendencia de Seguridad Social admite que actividades recreativas «pueden ser terapéuticas», incluso viajes nacionales, si contribuyen a la recuperación.
La mirada legal: «Incumplimiento grave» y riesgos procesales
Óscar Olivares, abogado laboral de la Universidad Autónoma, subraya que viajar sin justificación médica es una «falta grave». Apunta al Decreto Supremo N°3, artículo 55, que permite invalidar la licencia si el trabajador incumple el reposo. «Los viajes desconectados del tratamiento autorizan a la entidad previsional a rechazar la licencia», advierte.
Además, Fernández recuerda que, si el empleado viaja, debe:
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Informar a la institución.
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Contar con un aval médico por escrito que certifique que el viaje «no es contraproducente».
Análisis: ¿Falla regulatoria o abuso sistémico?
El caso expone tres tensiones:
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Fiscalización limitada: La CGR detectó el incumplimiento, pero no existe un mecanismo automático para bloquear viajes durante licencias.
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Ambivalencia en salud mental: Si bien se flexibiliza el reposo en casos psiquiátricos, no hay claridad sobre cómo aplicar esto a viajes internacionales.
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Responsabilidad individual vs. institucional: Mientras los diputados apuntan a sancionar a los funcionarios, expertos cuestionan si las entidades empleadoras cumplen su rol de verificación.
Conclusión: El escándalo no solo revela un posible abuso, sino un vacío en la articulación entre normas laborales, salud y control estatal. Como señala Olivares: «La ley es clara, pero sin fiscalización proactiva, las licencias siguen siendo un terreno gris».
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