En un gesto que mezcla protocolo diplomático y posicionamiento estratégico, el presidente Gabriel Boric no atendió personalmente el llamado del secretario de Estado adjunto de EE.UU., Marco Rubio, el viernes previo a su Cuenta Pública. La conversación fue derivada al canciller Alberto van Klaveren, según reveló La Tercera.

Claves del incidente:

  1. Motivo del llamado:
    Rubio buscaba conocer de primera mano los anuncios que Boric preparaba sobre Israel en su discurso del 2 de junio, ante especulaciones de una posible ruptura diplomática.

  2. Derivación protocolaria:
    Desde La Moneda justificaron la decisión:
    «Los presidentes de la República se contactan con presidentes o primer ministros. Los cancilleres se contactan con cancilleres».

  3. Diálogo sustantivo con Van Klaveren:

    • El canciller confirmó que Chile no rompería relaciones con Israel, despejando la principal inquietud estadounidense.

    • Rubio detalló los esfuerzos de EE.UU. por lograr «un alto al fuego en Gaza» durante los 10 minutos de conversación.

    • También abordaron la «guerra arancelaria» impulsada por Donald Trump.

Análisis implícito:

  • Jerarquías como mensaje: La derivación refuerza la postura chilena sobre el respeto a los canales formales en diplomacia, aunque podría leerse como un gesto de firmeza ante presiones externas.

  • Sintonía con la política exterior: La confirmación de mantener relaciones con Israel alinea a Chile con la mayoría de los países latinoamericanos que han optado por medidas simbólicas (retiro de embajadores) sin llegar a la ruptura.

  • Contexto bilateral: El episodio ocurre en medio de tensiones comerciales (aranceles) y diferencias en la posición sobre Gaza, donde Chile ha sido crítico frente a la línea más cauta de EE.UU.

Trasfondo: La decisión evita una escalada con Israel mientras mantiene coherencia con el discurso crítico de Boric hacia las operaciones en Gaza, equilibrando presión política doméstica y realismo diplomático.

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