El reciente ataque de Israel contra la infraestructura nuclear de Irán ha desatado una ola de preocupación internacional, con advertencias sobre el riesgo de una catástrofe nuclear, una escalada bélica regional y un impacto económico global. La ofensiva, ejecutada la madrugada del pasado viernes sin provocación directa, se centró en instalaciones clave como el complejo nuclear de Natanz, lo que ha generado una rápida respuesta diplomática y alarma en organismos internacionales.
El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, calificó el ataque como una violación grave a la seguridad nuclear, subrayando que «las instalaciones nucleares no deben ser nunca objeto de ataques militares». En la misma línea, Irán advirtió sobre el riesgo de una contaminación radiológica con consecuencias que podrían extenderse «más allá de sus fronteras».
Desde la ONU, Rusia calificó la acción israelí como una «aventura irresponsable» que empuja a Medio Oriente «hacia una catástrofe nuclear a gran escala», según palabras del embajador Vasili Nebenzia.
Tensión estratégica y riesgos económicos
Analistas internacionales advierten que, si bien el ataque podría suponer una ganancia táctica para Israel al retrasar el desarrollo nuclear iraní, a largo plazo podría agudizar la inestabilidad regional. “Incluso si Israel logra desestabilizar a Teherán, no conseguirá la paz regional”, indicó el analista Maximiliano Hess, del Instituto de Investigación de Política Exterior, al comparar la situación con el colapso de Irak en 2003.
El conflicto también ha provocado un alza inmediata en los precios del petróleo. El barril de Brent subió un 7 % el viernes y continuó en alza este lunes, alcanzando los 75,93 dólares en los mercados asiáticos. Expertos advierten que una prolongación del conflicto, o el eventual cierre del estratégico estrecho de Ormuz por parte de Irán, podría intensificar la presión inflacionaria a nivel mundial.
Peligra la diplomacia entre EE.UU. e Irán
El ataque ocurre a días de una nueva ronda de negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, previstas en Omán para el 15 de junio. Varios expertos han manifestado que la ofensiva israelí podría entorpecer, o incluso hacer fracasar, estos esfuerzos diplomáticos. “El momento del ataque plantea dudas sobre las verdaderas intenciones de Washington en las negociaciones”, advirtió Daniel Levy, del Proyecto EE.UU./Medio Oriente.
Por su parte, el presidente ruso Vladímir Putin y el expresidente estadounidense Donald Trump —en contacto telefónico el fin de semana— también habrían discutido la necesidad de mantener abiertas las vías diplomáticas para evitar una guerra a gran escala. Mientras tanto, el gobierno israelí no ha emitido declaraciones adicionales tras la operación.
Con una región en máxima tensión, organismos internacionales y gobiernos de todo el mundo llaman a la moderación, mientras crece el temor de que este nuevo episodio abra un capítulo aún más impredecible en el prolongado conflicto en Medio Oriente.
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