Un equipo internacional de astrónomos ha identificado el mini halo más distante jamás registrado, una nube de partículas altamente energéticas en torno a un cúmulo de galaxias lejano, cuya señal de radio ha recorrido unos 10.000 millones de años luz hasta la Tierra.
El hallazgo, publicado en The Astrophysical Journal Letters y disponible en el servidor de preimpresión arXiv, duplica la distancia de cualquier detección anterior de este tipo y representa un importante avance en la comprensión de los procesos energéticos que moldean el universo en sus primeras etapas.
Una señal del pasado profundo del cosmos
La señal fue detectada gracias al radiotelescopio LOFAR (Low-Frequency Array), una red de más de 100.000 antenas distribuidas en ocho países europeos. Mientras los investigadores analizaban el cúmulo de galaxias SpARCS1049, encontraron un resplandor de radio que no provenía de fuentes individuales, sino de una vasta región del espacio intergaláctico.
Este resplandor se extiende más de un millón de años luz y se clasifica como un «mini halo»: una estructura difusa de partículas cargadas que emiten ondas de radio al interactuar con campos magnéticos. Hasta ahora, este fenómeno solo había sido observado en el universo local, lo que convierte este descubrimiento en una ventana inédita al universo primitivo.
Dos teorías para explicar el fenómeno
El origen del mini halo sigue siendo objeto de debate, pero los científicos barajan dos hipótesis principales:
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Agujeros negros supermasivos: algunos de estos objetos, situados en el centro de las galaxias del cúmulo, podrían estar expulsando chorros de partículas energéticas, creando así el mini halo observado.
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Colisiones de partículas en el plasma del cúmulo: otra posibilidad es que dentro del plasma caliente del cúmulo se estén produciendo choques a velocidades cercanas a la luz, lo que genera partículas secundarias altamente energéticas y podría explicar la intensidad de la señal detectada.
Un nuevo capítulo en la exploración del universo temprano
El descubrimiento demuestra que ya en los primeros miles de millones de años del universo, los cúmulos de galaxias albergaban procesos dinámicos a gran escala, con estructuras complejas e interacciones energéticas intensas.
“Este mini halo nos ofrece una mirada única al entorno cósmico en una etapa muy temprana de la evolución del universo”, señalan los autores del estudio.
Con más observaciones previstas a través de LOFAR y futuros instrumentos como el Square Kilometre Array (SKA), los astrónomos esperan detectar más estructuras como esta y responder a la pregunta fundamental: ¿cómo surgieron las fuerzas invisibles que dieron forma al universo tal como lo conocemos hoy?
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