La medición de la pobreza en Chile estaba desactualizada. Esa es una de las principales conclusiones a las que llegó la Comisión Asesora para la Actualización de la Medición de la Pobreza, convocada por el Gobierno y compuesta por 10 expertos y expertas en pobreza, políticas públicas y estratificación social.
“Se estaba midiendo la pobreza con una metodología para un Chile de hace 10 años. Era una metodología que ya había cumplido su ciclo”, explicó Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo e integrante de la comisión.
La instancia, presidida por el economista Osvaldo Larrañaga, propuso importantes cambios metodológicos que impactarían directamente en las cifras de pobreza. De haberse aplicado en años anteriores, la pobreza registrada habría sido hasta tres veces mayor que la oficial.
Resultados estimados con la nueva metodología
Si se hubieran utilizado los nuevos parámetros, la pobreza en:
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2017 habría sido de 24,2% (en vez del 8,7% oficial).
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2020 alcanzaría el 32,2% (versus el 10,8% reportado).
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2022 llegaría al 22,3%, en lugar del 6,5% registrado.
Según la economista Paulina Henoch, miembro de la comisión, más de 2,9 millones de personas habrían sido clasificadas como pobres en 2022, en comparación con 1,2 millones según la medición vigente.
Cambios propuestos por la comisión
Canasta Básica de Alimentos actualizada
Se propone utilizar la VIII Encuesta de Presupuestos Familiares (2016-2017), en vez de la de 2011-2012, para reflejar mejor los patrones de consumo actuales. No se consideró la EPF IX (2021-2022) por el sesgo generado por ingresos extraordinarios como los retiros de AFP y el IFE.
Enfoque en una canasta saludable
La nueva propuesta abandona el criterio basado en calorías mínimas y propone una canasta más saludable, que reduzca en un 50% el consumo de alimentos ultraprocesados. Esto responde a la transición nutricional de Chile, donde el problema ya no es la desnutrición, sino la mala alimentación.
Alquiler imputado con nueva metodología
Actualmente, se considera un ingreso “ficticio” en hogares propietarios que no pagan arriendo. Esto distorsiona la pobreza, ya que gran parte de los sectores vulnerables son propietarios gracias a políticas habitacionales. Ahora, se propone medir por separado a arrendatarios y propietarios, evitando esa distorsión.
Cambios en la pobreza multidimensional
La propuesta mantiene las cinco dimensiones actuales, pero otorga igual ponderación a cada una e incorpora un cuarto indicador por dimensión. Entre los nuevos indicadores se incluyen:
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Inseguridad alimentaria
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Conectividad digital
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Cuidados no remunerados
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Déficit habitacional
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Controles de salud preventiva
Expertos valoran los cambios
Catalina Littin, directora ejecutiva de la Fundación para la Superación de la Pobreza, destacó la propuesta:
“Nos propone parámetros más exigentes para medir la realidad social, lo que es positivo para el diseño de políticas públicas”.
Littin también valoró la diferenciación entre familias que arriendan y las que son propietarias, así como la inclusión de mediciones longitudinales, que permiten analizar la evolución de los hogares en situación de pobreza.
Por su parte, la economista Paulina Henoch celebró la iniciativa, pero advirtió que la propuesta de eliminar alimentos ultraprocesados podría alejarse del patrón real de consumo de los hogares, lo que también debe ser considerado al diseñar políticas.
¿Cuándo se implementarán los cambios?
Según indicó Osvaldo Larrañaga, la nueva metodología se aplicaría a partir de la Casen 2024, cuyos resultados serán publicados en enero de 2026, después de las elecciones presidenciales.
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