A pocos meses de las elecciones presidenciales y parlamentarias, el Congreso chileno reabrió el debate sobre el voto de los extranjeros, al aprobar en general una iniciativa que los excluye de la sanción por no sufragar. La discusión, sin embargo, ha trascendido lo técnico para convertirse en un campo de batalla político, con acusaciones de cálculo electoral y cuestionamientos a la legitimidad de los cambios de última hora.
«Una anomalía» vs. «una ley anti-venezolanos»: el choque entre gobierno y oposición
La vocera de gobierno, Camila Vallejo, defendió la postura oficialista señalando que «Chile es una anomalía» al permitir que extranjeros elijan al Presidente. Pero desde la oposición y el análisis político, las críticas apuntan a la oportunidad del debate.
El analista Pepe Auth en su tribuna del portal El Líbero calificó de «obsceno» modificar las reglas a pocas semanas del cierre de inscripciones: «Es completamente tropical cambiar las reglas del juego en la víspera», afirmó en el podcast Política para Adultos. Para Auth, la medida parece responder a un cálculo político: «Esto es casi una ley anti-venezolanos. Cuando votaban de cierta manera no había problema, pero ahora…».
El exministro Gerardo Varela sumó otra arista, criticando lo que ve como un doble estándar: «Le encanta al gobierno que chilenos en el exterior voten por la izquierda, pero se niega el derecho a extranjeros con años residiendo aquí».
El declive de Matthei y el ascenso de Jara: ¿un escenario irreversible?
El programa también analizó el impacto de la última encuesta Cadem, donde Jeannette Jara supera a José Antonio Kast y Evelyn Matthei profundiza su caída. Auth fue categórico: «Es difícil revertir una tendencia, y más cuando Chile Vamos desaprovechó la primaria para consolidarla». Incluso comparó su situación con la de Sebastián Sichel en 2021: «Los votantes se concentran en quienes parecen ganadores, y Matthei está fuera de esa pelea».
Varela, en cambio, mantiene un margen de esperanza: «Esto es muy dinámico», aunque reconoció que «Jara le robó las propiedades femeninas a Matthei». Para él, la candidata de la derecha sigue siendo la única «genuina» frente a rivales que «no pueden decir lo que piensan sin perder votos».
La cumbre progresista: ¿diplomacia o fracaso?
El exministro no ahorró críticas a la cumbre de mandatarios progresistas organizada por el gobierno de Gabriel Boric, tildando a los invitados —como Lula da Silva, Pedro Sánchez y Gustavo Petro— de «una tropa de perdedores». Ironizó: «Le faltó invitar al Ayatolá», y exigió la renuncia del canciller Alberto Van Klaveren por falta de «sentido patrio».
Conclusión:
El debate sobre el voto extranjero refleja una pugna más profunda: la sospecha de manipulación electoral en un escenario donde las encuestas ya dibujan un panorama polarizado. Mientras la derecha intenta reflotar a Matthei, el oficialismo enfrenta cuestionamientos tanto internos como externos, con una cumbre que, para algunos, simboliza más aislamiento que proyección.
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