A más de cinco décadas de que Richard Nixon aplicara una estrategia de comportamiento impredecible como herramienta diplomática, el presidente Donald Trump ha reactivado esa táctica en su segundo mandato, llevando la tensión comercial global a nuevos niveles. Inspirado en la llamada “teoría del loco”, el mandatario republicano ha sembrado la incertidumbre con anuncios unilaterales de alzas arancelarias, que amenazan con desatar una nueva era proteccionista, impactando incluso a Chile.
Una ofensiva arancelaria sin precedentes
En las últimas semanas, Trump ha profundizado su guerra arancelaria, apuntando a un amplio grupo de socios comerciales clave. Sin entregar detalles técnicos, el mandatario anunció una batería de nuevas tarifas que incluyen:
-
Aranceles de entre 25% y 40% a países como Indonesia, Tailandia, Corea del Sur, Myanmar, Laos y Japón, a partir del 1 de agosto.
-
Un arancel de 50% a China, en un nuevo capítulo de confrontación con la potencia asiática.
-
Una tarifa punitiva del 50% a Brasil, en represalia política.
-
Aranceles de 35% para la Unión Europea, 30% para México y Canadá.
Pero lo que encendió las alertas en Chile fue el anuncio de un arancel de 50% al cobre chileno, principal producto de exportación nacional, sin especificación sobre los tipos de metal afectados. También avanza una investigación en EE.UU. sobre las tarifas a la madera y productos forestales, otra área clave para la economía chilena.
Chile se prepara para una ronda clave de negociaciones
Frente a este escenario, Chile sostendrá una nueva ronda de negociaciones con Estados Unidos entre el 28 y 31 de julio. Según explicó la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), Claudia Sanhueza, el diálogo técnico se enfocará en cinco áreas prioritarias:
-
Barreras arancelarias y cuotas
-
Barreras no arancelarias y regulaciones
-
Comercio digital y tecnología
-
Seguridad económica
-
Consideraciones comerciales amplias
El objetivo será mitigar los efectos de las nuevas tarifas y proteger el acceso de productos chilenos al mercado norteamericano.
Economistas advierten de impactos inminentes
El recrudecimiento de la política arancelaria ya comienza a mostrar signos de impacto en la economía de EE.UU., con una inflación del 2,7% interanual en junio, la más alta desde febrero. “Algunos de estos costos arancelarios se están trasladando al consumidor”, señaló Stephen Juneau, economista de Bank of America.
En Chile, varios expertos advierten que los efectos de esta guerra comercial se sentirán con más fuerza hacia fines de 2025 y durante 2026.
-
Alejandro Fernández, socio de Gemines, estima que el impacto podría significar una caída de hasta un punto porcentual en el crecimiento chileno.
“Un crecimiento de 2% podría reducirse a entre 1% y 1,5%”, señaló.
-
El economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, subraya que el escenario “seguirá siendo incierto y restrictivo para el comercio global” al menos por los próximos tres o cuatro años.
“Una cuenta que se va a pagar”
Para Andrés Pérez, economista jefe para Latam de Itaú, la tendencia es clara:
“Transitamos hacia un mundo con más aranceles y menor apertura, lo que es mala noticia para economías abiertas y pequeñas como la chilena”.
Pérez anticipa que los efectos más notorios llegarán desde 2026, con una caída del impulso externo.
“Chile podría ver un crecimiento de solo 2% en 2026, no por debilidad interna, sino por la moderación del entorno global”.
También Felipe Lopeandía, gerente senior de Deloitte y exdirector de Asuntos Económicos Bilaterales de Subrei, advierte que el impacto será de largo plazo.
“Nunca el proteccionismo ha sido positivo para la economía global. La incertidumbre generada por Trump va a mantenerse este año”, dijo, señalando que solo un cambio político en EE.UU. podría alterar el rumbo.
Legalidad en entredicho y litigios en camino
Otro punto clave es la legalidad de las medidas adoptadas por Trump, ya que las tarifas han sido impuestas mediante órdenes ejecutivas y legislación de emergencia.
“Es probable que sean ilegales y ya están siendo desafiadas en las cortes americanas”, advierte Fernández, quien recomienda dilatar cualquier nuevo acuerdo bilateral hasta conocer los fallos judiciales.
Un entorno comercial hostil que llegó para quedarse
Para los analistas, el uso de la estrategia del “loco” por parte de Trump —basada en la imprevisibilidad, amenazas y rupturas del status quo— no solo ha estremecido a los mercados, sino que ha instalado un nuevo paradigma en las relaciones comerciales globales.
“Vamos a seguir navegando este mar turbulento mientras no haya un cambio político en Estados Unidos”, concluye Lopeandía.
Así, mientras Chile busca defender sus exportaciones y negociar certezas, el resto del mundo se acomoda, con preocupación, a una era de proteccionismo, incertidumbre y tensión económica creciente.
/psg