El 12 de julio, dos días después de haber sido liberado erróneamente desde la cárcel Santiago 1, el ciudadano venezolano Alberto Carlos Mejía logró salir de Chile y cruzar la frontera hacia Perú, según confirmaron fuentes del caso a Emol.
Ruta de escape hacia la frontera
De acuerdo a los antecedentes, Mejía tomó un taxi el mismo 10 de julio con destino a Iquique, ciudad a la que llegó el 11 de julio. Ahí pernoctó en una hostal, y al día siguiente continuó su viaje en bus hacia Arica. Una vez en la ciudad fronteriza, recurrió a autos informales para llegar al paso fronterizo Chacalluta.
«Pasó por un costado, sin identificarse. Incluso, podría haber salido con su identidad oficial, sin problemas, ya que a esa fecha no se sabía de su liberación ni era buscado en todo el país«, señalaron conocedores de la indagatoria.
Con esta maniobra, Mejía ingresó a Perú, siendo ese el último rastro que tienen de él la policía y la Fiscalía.
La insólita liberación
Mejía fue liberado el 10 de julio por una orden firmada por la jueza Irene Rodríguez, la cual dejaba sin efecto su prisión preventiva por el asesinato de José Reyes Ossa, conocido como el «Rey de Meiggs«.
No fue sino hasta cuatro días después, el 14 de julio, que las autoridades fueron notificadas del error judicial y se enteraron de que el venezolano ya no estaba en la cárcel.
Cómo se descubrió el error
Fuentes cercanas al caso revelaron que el incidente salió a la luz cuando Yonder Emilio Blanco Veliz, otro de los imputados por el crimen y sindicado como el autor del disparo mortal, expresó su molestia a su abogada privada al saber que Mejía había sido liberado, mientras que él y otro acusado, Neomar Andrés Arismendi Duarte, seguían en prisión.
Fue entonces cuando la defensora se comunicó con el fiscal Sergio Soto, de la Fiscalía Metropolitana Occidente, para consultar sobre la situación de Mejía. Esa comunicación fue la primera vez que las autoridades se dieron cuenta de que el imputado ya no se encontraba recluido.
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