El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió públicamente la controversial reforma constitucional aprobada el jueves por la Asamblea Legislativa, que habilita la reelección presidencial indefinida, elimina la segunda vuelta electoral y extiende la duración del mandato presidencial de cinco a seis años.

La medida, promovida por una Asamblea de amplia mayoría oficialista, permitirá a Bukele postularse sin restricciones luego de 2027, fecha en que concluirá anticipadamente su mandato actual, según lo estipulado en el nuevo texto legal.

Frente a las críticas nacionales e internacionales que tildan la iniciativa como un retroceso democrático, Bukele argumentó en su cuenta de X:

“El 90 % de los países desarrollados permiten la reelección ilimitada de su jefe de gobierno y a nadie le sorprende. Pero cuando un país pequeño y pobre, como El Salvador, quiere hacer lo mismo, se dice que es el fin de la democracia”.

El mandatario amplió su defensa con un mensaje de tono geopolítico:

“El problema es que un país pobre se atreva a actuar como un país soberano. No se supone que hagas lo que ellos hacen. Se supone que hagas lo que te dicen. Y se espera que te mantengas en tu lugar”.

Críticas internas y señales de fractura institucional

La oposición no tardó en reaccionar con dureza. La diputada Marcela Villatoro expresó:

“La democracia ha muerto en El Salvador, se quitaron la máscara”, aludiendo al carácter exprés y sin contrapesos con que fue tramitada la reforma.

El nuevo marco constitucional suprime la obligatoriedad de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales y consolida el poder del Ejecutivo, alineando las reglas institucionales con los intereses del actual gobierno.

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