En los últimos años, el desayuno intermitente se ha convertido en una tendencia alimentaria que combina la primera comida del día con estrategias de ayuno controlado. A diferencia del ayuno intermitente tradicional, que limita la ingesta de alimentos durante ciertas horas del día, esta modalidad consiste en retrasar o ajustar el horario del desayuno para aprovechar los beneficios metabólicos y energéticos que proporciona el ayuno nocturno prolongado.
Según diversos estudios publicados en revistas especializadas de nutrición y endocrinología, el desayuno intermitente puede aportar importantes beneficios para la salud, siempre que se realice bajo supervisión profesional y en personas sin contraindicaciones médicas.
1. Mejora la sensibilidad a la insulina
Investigaciones han demostrado que prolongar el ayuno nocturno ayuda a reducir los picos de glucosa en la sangre y mejora la respuesta de las células a la insulina, lo que puede contribuir a prevenir o controlar la diabetes tipo 2.
2. Favorece el control de peso
Al retrasar el desayuno y concentrar la ingesta calórica en un periodo más corto del día, se facilita la reducción de la ingesta total de calorías y se estimula el uso de la grasa corporal como fuente de energía, lo que favorece la pérdida de peso o el mantenimiento de un peso saludable.
3. Estimula la función cerebral
El ayuno temporal estimula la producción de factores neurotróficos, como el BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), relacionados con la memoria, el aprendizaje y la protección neuronal. Esto podría tener un papel preventivo frente al deterioro cognitivo.
4. Reduce la inflamación
El desayuno intermitente puede contribuir a disminuir marcadores inflamatorios en el organismo, lo que ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la artritis, problemas cardiovasculares y ciertos trastornos metabólicos.
5. Promueve una mejor digestión
Dar más horas de descanso al sistema digestivo favorece la salud intestinal, ayuda a reducir la acidez y mejora el equilibrio de la microbiota.
Recomendaciones y precauciones
Los expertos advierten que, aunque el desayuno intermitente puede ser beneficioso, no es una estrategia universal. Personas con hipoglucemia, trastornos alimenticios, embarazadas, lactantes o con enfermedades crónicas deben evitar esta práctica o realizarla solo con supervisión médica.
Además, el momento de romper el ayuno es clave: se recomienda elegir alimentos nutritivos y equilibrados, como frutas, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables, para maximizar los beneficios.
En definitiva, el desayuno intermitente se perfila como una opción saludable para mejorar la metabolismo, la composición corporal y la salud general, siempre que se practique de forma personalizada y responsable.
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