En un día de intensas negociaciones y alta incertidumbre, el gobierno del Presidente Boric logró una victoria legislativa crucial con la aprobación en la Cámara de Diputados del proyecto que crea el nuevo Sistema de Financiamiento para la Educación Superior (FES), destinado a reemplazar el Crédito con Aval del Estado (CAE). El triunfo no fue solo sobre la oposición, sino sobre las profundas divisiones dentro de su propia coalición, demostrando una capacidad de gestión política crítica para impulsar su agenda.

La Grieta Interna: El Mayor Obstáculo no fue la Oposición

Contrario a lo esperado, el desafío principal no fue el rechazo unánime de la derecha, sino el escepticismo de socios clave dentro de la alianza oficialista. Diputados de la DC y el PS amenazaron con desarticular el texto del gobierno, advirtiendo que votarían en contra de artículos fundamentales.

El diputado Ricardo Cifuentes (DC) argumentó que el proyecto “nivela hacia abajo, quita oportunidades y segrega, crea universidades para ricos y para pobres”. Mientras, desde el PS, Juan Santana advirtió que reincorporar ciertas indicaciones generaría “la resistencia no solamente de la gente de oposición, sino que de sectores del oficialismo”. Esta fractura interna hizo que, hasta minutos antes de la votación, reinara la incertidumbre sobre la integridad de la reforma.

La Estrategia de Contención: Despliegue Ministerial y Negociación Express

Ante el riesgo inminente, el gobierno desplegó una ofensiva política de alto nivel. Los ministros Álvaro Elizalde (Interior), Nicolás Cataldo (Educación), Mario Marcel (Hacienda) y Macarena Lobos (Segpres) se trasladaron al Congreso para liderar las negociaciones. Elizalde encabezó una “reunión de urgencia” con el PS, mientras Lobos y el subsecretario Nicolás Facuse presionaron a los diputados DC.

La jugada fue crítica. El cierre del debate obligó a votar ese mismo día, forzando a una definición. La estrategia gubernamental logró contener la rebelión interna, asegurando los votos necesarios para aprobar incluso artículos polémicos que se habían caído en comisión, como el artículo 13 sobre límites al copago, que sufrió los rechazos de algunos DC y la abstención de socialistas, pero se aprobó.

El Error de Cálculo Opositor y el Apoyo del Mundo Académico

La oposición, que contaba con los desmarques oficialistas para rechazar el articulado, subestimó la capacidad de cohesión final del gobierno. “No ganó en ningún resultado” en las 73 votaciones particulares, sufriendo además de ausencias e inhabilitaciones técnicas. Paralelamente, el gobierno sumó un aliado clave: los rectores. Juan Yuz, de la Red G9, si bien pidió perfeccionamientos, afirmó que “su avance en la Cámara es importante”Luperfina Rojas, de la U. de La Serena, y Osvaldo Corrales, del Consorcio de Universidades Estatales, valoraron positivamente el despacho del proyecto, señalando que es fundamental “terminar con el CAE”.

Análisis Final: Una Victoria con Sabor a Próximo Desafío

Esta aprobación representa un activo significativo para la administración Boric, demostrando que puede ejecutar una estrategia legislativa compleja y salvar su agenda de la parálisis. Sin embargo, el camino se complejiza ahora en el Senado, donde hay mayoría opositora.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, envió un mensaje claro al señalar que las “votaciones muy sólidas” son “un mensaje claro para el Senado”. Su par de la Segpres, Macarena Lobos, confirmó que el Ejecutivo ya guarda indicaciones de negociación, como ampliar el copago, para esta siguiente etapa.

En conclusión, el gobierno ganó una batalla crucial mediante una eficaz contención de crisis interna y un despliegue táctico de alto nivel. No obstante, la guerra legislativa recién comienza, y su éxito final dependerá de su capacidad para replicar esta estrategia de negociación en un terreno hostil, donde la oposición ya advirtió que espera una discusión “mucho más profunda y detallada”.