El fenómeno OVNI no es exclusivo de la era moderna. Aunque hoy asociamos los avistamientos con cámaras, redes sociales y tecnología militar, muchas culturas antiguas también dejaron testimonios y representaciones que algunos creen podrían estar relacionados con objetos voladores no identificados. Entre ellas, destacan las civilizaciones precolombinas de América Latina, cuyos mitos, arte y arquitectura han alimentado teorías durante décadas.

Figuras misteriosas y dioses venidos del cielo

Diversos pueblos originarios, como los mayas, aztecas, incas y las culturas nazca y olmeca, dejaron en sus códices, textiles, cerámicas y esculturas una serie de representaciones que algunos interpretan como pruebas de contacto con entidades no humanas.

Uno de los ejemplos más citados por los defensores de estas teorías es el de las Líneas de Nazca, en Perú. Estas gigantescas figuras trazadas sobre el desierto —visibles solo desde gran altura— han generado todo tipo de interpretaciones. Si bien muchos arqueólogos explican su existencia en términos rituales o astronómicos, hay quienes afirman que su diseño podría haber estado destinado a comunicarse con seres del cielo.

También en la cultura maya, se han encontrado relieves y estelas que muestran figuras antropomorfas con trajes, cascos o posiciones que algunos asocian con pilotos espaciales. El ejemplo más famoso es el del sarcófago de Pacal el Grande, en el Templo de las Inscripciones de Palenque, en Chiapas, México. La tapa del sarcófago muestra al gobernante en una posición que algunos investigadores alternativos interpretan como alguien controlando una nave espacial.

¿Sabiduría de origen estelar o interpretación moderna?

Para muchos arqueólogos y antropólogos, estas teorías caen en el terreno de la especulación pseudocientífica. Aseguran que es importante analizar las representaciones simbólicas dentro del contexto cultural y religioso de cada pueblo. Por ejemplo, las deidades que descienden del cielo pueden representar fuerzas naturales o entidades espirituales, no necesariamente seres extraterrestres.

“Asociar directamente símbolos religiosos o astronómicos con OVNIs es ignorar el profundo conocimiento que estas civilizaciones tenían del cosmos”, señala María Elena González, arqueóloga especializada en iconografía andina.

Sin embargo, otros investigadores del fenómeno OVNI —como Erich von Däniken en su libro Recuerdos del futuro— sostienen que muchas culturas antiguas recibieron conocimiento de seres llegados del espacio, y que los mitos sobre “dioses que bajaron del cielo en carros de fuego” podrían ser relatos antiguos de avistamientos reales.

Vestigios de tecnología imposible para su época

Otro de los puntos frecuentes en este debate es la existencia de estructuras arquitectónicas monumentales y la aparente precisión astronómica de muchas construcciones precolombinas. Ejemplos como Machu Picchu, Teotihuacán, Sacsayhuamán o Chichén Itzá despiertan admiración por sus métodos constructivos, aún hoy difíciles de explicar con las herramientas disponibles en su época.

Los partidarios de la hipótesis extraterrestre sugieren que estas civilizaciones habrían recibido ayuda tecnológica de visitantes interestelares. Sin embargo, la ciencia arqueológica ha demostrado que estos logros pueden explicarse por el ingenio humano, la organización social y el conocimiento acumulado a lo largo de siglos.

Mitos que sobreviven en la tradición oral

Más allá de los objetos y construcciones, muchas leyendas indígenas relatan historias de seres luminosos, visitantes de otros mundos o viajes astrales. En la Amazonía, por ejemplo, algunas comunidades hablan de espíritus que llegan en esferas de luz, mientras que en los Andes hay relatos ancestrales sobre seres venidos de las estrellas que enseñaron a cultivar la tierra o construir templos.

“La conexión entre el cielo y la tierra ha sido una constante en las cosmovisiones indígenas. Eso no significa necesariamente que fueran extraterrestres, pero sí que el cielo tenía un papel fundamental en su forma de entender la vida”, explica el historiador Luis Alberto Quispe.

Conclusión: entre la ciencia y el misterio

Aunque no hay pruebas concluyentes de contactos extraterrestres en la época precolombina, las preguntas siguen abiertas. ¿Estamos ante símbolos religiosos malinterpretados por el ojo moderno, o hubo algo más? ¿Es posible que estas civilizaciones tuvieran algún tipo de experiencia que hoy podríamos llamar “encuentro cercano”?

Lo cierto es que los pueblos originarios de América dejaron un legado cultural profundo, lleno de sabiduría, arte y misterio. Y mientras la arqueología avanza en explicaciones racionales, el imaginario colectivo —y la curiosidad por lo desconocido— sigue encontrando en sus mitos y símbolos un espacio para especular sobre presencias venidas del cielo.

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