El diputado Johannes Kaiser, candidato presidencial por el Partido Nacional Libertario (PNL), afirmó que uno de los principales problemas que enfrenta Chile es “la crisis valórica”, y criticó duramente al candidato José Antonio Kast por excluir del debate electoral temas como el aborto y el matrimonio igualitario. En entrevista con CNN Chile, Kaiser señaló: “Lo encuentro un poco lamentable, porque un país funciona en torno a su estructura de valores. Si no vamos a discutir sobre los valores en tiempo de elecciones, entonces, ¿cuándo?”.
El parlamentario agregó que a diferencia del enfoque republicano, su partido aborda estos temas “desde una perspectiva filosófica y pragmática, no meramente religiosa”, buscando abrir un debate más amplio y racional.
En cuanto a la estructura del Estado, Kaiser enfatizó la necesidad de una reducción drástica del aparato estatal, calificándolo como sobredimensionado y redundante. Su propuesta contempla eliminar 16 ministerios como parte de una decisión técnica para consolidar la administración pública. Ejemplificó con la Seremi de Salud de La Araucanía, donde aseguró que cinco de los seis periodistas que allí trabajan serían despedidos.
Respecto a la cantidad de despidos en el sector público, Kaiser precisó que su propuesta inicial de eliminar 400 mil empleos públicos fue revisada, explicando que “hay 200.000 que están en las municipalidades” y que la cifra total de funcionarios ha aumentado significativamente en la última década.
Sobre la autonomía del Banco Central, el candidato señaló que es un tema importante para la academia, pero no está incluido en su programa. Sin embargo, se mostró a favor de la privatización parcial de empresas estatales como Codelco, ENAP y TVN, proponiendo un modelo de asociación público-privada donde la gestión quede en manos privadas, aunque bajo supervisión estricta.
En cuanto a la Pensión Garantizada Universal (PGU), Kaiser indicó que su financiamiento debería provenir de un fondo soberano creado con recursos de royalties mineros y ganancias por privatizaciones.
Uno de los puntos controvertidos de su propuesta fue la modificación del salario mínimo, proponiendo montos diferenciados por sector productivo y grupo etario. Por ejemplo, planteó un salario mínimo transitorio más bajo para jóvenes sin experiencia para incentivar su contratación, y salarios mínimos más altos en sectores como la minería. Explicó que esto busca reducir la informalidad laboral y asegurar que más personas cotizan para sostener programas sociales como la PGU.
Sobre la dictadura militar y el plebiscito de 1980, Kaiser mantuvo su postura, calificando el régimen de Pinochet como una dictadura “a la romana” entre 1973 y 1980, pero defendió la legitimidad del plebiscito de 1980, pese a la falta de registros electorales oficiales. En sus palabras, “no tengo ninguna razón para dudar del resultado del plebiscito” y afirmó que una democracia no requiere necesariamente los tres poderes independientes clásicos.
En materia cultural, Kaiser fue tajante al señalar que no será una prioridad en su gobierno, argumentando que existen problemas sociales más urgentes y que no es correcto gastar recursos públicos en “diversión”. Propuso consolidar ciencia, educación y cultura en un solo bloque para reducir gastos administrativos y destinar fondos a áreas como museos.
Respecto a las energías renovables, reconoció un cambio de postura tras recibir asesoría técnica, admitiendo que son más baratas que los combustibles fósiles y, por tanto, pueden ser consideradas en su plan energético.
Finalmente, respecto al rol del Congreso, Kaiser dijo que si bien es fundamental como órgano de control del Estado y del fisco, en la administración interna del Ejecutivo el Parlamento no es tan relevante, ya que la gestión operativa recae principalmente en el Presidente.
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