Tras un fin de semana marcado por lluvias, nieve y mínimas históricas, la zona central del país vivió este martes un giro radical: temperaturas inusualmente altas que superaron los 27°C en distintas comunas de Santiago y que marcaron la jornada más cálida de lo que va del invierno 2025.

De acuerdo con la Dirección Meteorológica de Chile, a las 15:38 se registró la máxima del día con 28,1°C en Tobalaba, seguida de 27,5°C en Quinta Normal y 27,1°C en Pudahuel. Se trata de cifras significativamente por encima del promedio histórico de agosto, que rara vez excede los 20°C.

El fenómeno, explica Paula Santibáñez, jefa del Observatorio Climático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad San Sebastián, se debe a la presencia de una dorsal cálida en altura asociada a un robusto anticiclón en el Pacífico. “Este patrón atmosférico genera un descenso del aire que se comprime y se calienta en el valle central”, precisa la investigadora.

A la configuración sinóptica se sumó la ausencia de nubosidad y una radiación solar todavía intensa pese a ser pleno invierno, lo que aceleró el aumento de las temperaturas. Según Santibáñez, este comportamiento “refleja cómo los inviernos en Chile central han ido mostrando con mayor frecuencia episodios cálidos intercalados con pulsos de frío, lo que es coherente con un clima mediterráneo sometido al cambio climático y a variaciones de corto plazo asociadas a ondas de gran escala”.

El contraste con el fin de semana es ilustrativo. Mientras las precipitaciones y la nieve reforzaban los acumulados del invierno, el ingreso de la dorsal desplazó rápidamente el aire frío, estabilizó la atmósfera y permitió la llegada de aire templado desde el norte. “Este salto térmico en pocos días es característico de la transición estacional: los frentes aportan agua y nieve, pero los periodos intermedios pueden mostrar temperaturas más propias de primavera que de invierno”, comenta la climatóloga.

Proyecciones de corto plazo

Los modelos meteorológicos indican que las condiciones estables se mantendrán en la zona central durante los próximos días. El anticiclón en superficie y la dorsal en altura limitarán la llegada de frentes, reduciendo la probabilidad de lluvias entre Coquimbo y Maule. Solo hacia septiembre podría abrirse una ventana para nuevas precipitaciones, aunque debilitadas. En cambio, la zona austral mantiene una mayor probabilidad de episodios lluviosos.

La posible instalación de un evento La Niña a partir de septiembre refuerza la proyección de un inicio de primavera más seco de lo habitual.

Riesgos y efectos sectoriales

El calor invernal no solo rompe récords estadísticos, sino que también impacta en sectores productivos y urbanos. Entre los efectos destacan:

  • Agricultura: la interrupción de las horas de frío afecta a frutales como cerezos y manzanos, que dependen de un invierno constante para su correcta germinación.

  • Agua: el deshielo anticipado reduce la disponibilidad de reservas hídricas para la primavera.

  • Contaminación: días soleados y cálidos en invierno favorecen la acumulación de material particulado en ciudades como Santiago.

Santibáñez advierte que septiembre históricamente muestra alta variabilidad climática, pero en los últimos años se ha evidenciado una reducción de los frentes lluviosos, lo que acentúa la sequía estructural en la zona central. Para 2025, agrega, se espera que la transición a la primavera esté marcada por la persistencia del anticiclón subtropical, con mañanas frías y heladas locales, pero con tardes cálidas que anticipan una “primavera adelantada”.

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