El mensaje de los equipos técnicos del Gobierno para abordar las “dudas” surgidas respecto al más reciente Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central aún no ha sido recibido formalmente por el instituto emisor, pese a las declaraciones realizadas por autoridades del Ejecutivo, incluyendo al propio Presidente Gabriel Boric.

Las diferencias se originaron luego de que el Banco Central advirtiera en su informe los efectos negativos de la agenda laboral del Gobierno sobre el empleo, una conclusión que generó discrepancias públicas por parte del Presidente. En esa línea, el ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo, afirmó que los equipos técnicos de su cartera y de Hacienda ya se habrían comunicado con el Central.

«Nos interesa aclarar ciertas dudas», señaló Boccardo, respaldando así la postura del mandatario.

Banco Central: “No hemos recibido una solicitud formal”

Pese a estas afirmaciones, desde el Banco Central aclararon que hasta la fecha no ha habido ningún contacto formal relacionado con el IPoM y su evaluación sobre temas laborales. En una declaración oficial, el ente emisor indicó: “El Banco Central se coordina de manera oficial con el Gobierno a través de reuniones periódicas con el Ministerio de Hacienda y sus equipos, donde se discuten todas las materias de interés común. Respecto de reuniones para discutir aspectos específicos del IPoM sobre temas laborales, hasta ahora no se ha recibido una solicitud formal”, afirmaron.

Silencio desde Trabajo y evasivas en Hacienda

Ante las consultas por la eventual solicitud, desde el Ministerio del Trabajo han evitado entregar declaraciones, argumentando que la autoridad se encuentra con una agenda copada.

Por su parte, en el Ministerio de Hacienda, que según el Banco Central es el canal formal para estas coordinaciones, señalaron que la información corresponde a la cartera de Trabajo, evitando así tomar una posición clara respecto a las declaraciones del ministro Boccardo.

El origen de las discrepancias

El conflicto se originó luego de que el Informe de Política Monetaria de septiembre advirtiera que las medidas impulsadas por el Gobierno —como la reducción de la jornada laboral a 40 horas, el aumento del salario mínimo, y la ratificación del convenio 190 de la OIT— podrían estar afectando negativamente la dinámica del mercado laboral.

Estas conclusiones fueron consideradas excesivamente críticas por parte del Ejecutivo, que busca defender su agenda laboral, considerada una bandera de lucha política y social. El Presidente Boric, en una actividad pública, señaló que no comparte el diagnóstico del Banco Central e insistió en que las reformas laborales están orientadas a mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

El desencuentro entre el Gobierno y el Banco Central pone de relieve las tensiones técnicas y políticas entre ambas instituciones en un contexto económico marcado por la desaceleración del empleo y la necesidad de evaluar con precisión el impacto de las reformas estructurales. Mientras tanto, el diálogo formal sigue pendiente.

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