La sabiduría popular nos enseña que “la mentira es una verdad coja…”. Esta simple frase, de profundo sentido común, nos confirma que, aunque una mentira pueda disfrazarse y correr libremente, tarde o temprano tropieza; es ahí cuando finalmente la verdad, lenta pero de paso firme, siempre la termina pillando.
La mejor evidencia de lo anterior es lo ocurrido esta semana, tras conocerse que una mujer (Bernarda Vera) figuraba en el listado de detenidos desaparecidos, en circunstancias que está “vivita y coleando” en Argentina, disfrutando junto a su familia de los jugosos beneficios que graciosamente el Estado les otorga.
Por increíble que pueda parecerles a algunos sorprendidos contertulios, casos como el de la reciente (des) “aparecida” terrorista pueden contarse por decenas, aunque carecieron de similar cobertura mediática, por lo que muchos ni siquiera se han dado por enterados.
Sobre este tema, a esta inquieta pluma le surgen innumerables interrogantes: ¿cuántos más casos como el descrito existen? ¿Cuántos militares han sido condenados a prisión por estos casos? ¿Cuántos recursos se están dilapidando en falsas víctimas de los DD. HH?… ¿Cuánto más se deberá saber para terminar con este artero mecanismo para desfalcar al Estado?
Como se ha dicho, la verdad no se muestra de golpe. Aunque ella se esconde enredada en una madeja de hilos confusos, bastaría con tirar la hebra correcta —como el caso que acabamos de conocer — para que todo empiece a desenredarse. Descubrir la verdad sobre el tema de DD. HH es toda una urgencia, pero también es acción que exige tirar los hilos con cuidado, con fuerza y sin soltar; así las mentiras se irán pillando, hasta que se revele toda la verdad enmarañada, oculta tras esta madeja.
Son muchas las madejas que hay que desenredar. Por ejemplo, lo referido a la Comisión Valech, creada en 2003 para identificar a quienes sufrieron persecución política entre los años 1973 y 1990. Se recibieron más de 35.000 testimonios, y por ese solo hecho reciben beneficios como pensiones vitalicias, becas, beneficios habitacionales, etc. Lo curioso es que nadie conoce los antecedentes recopilados por la Comisión… ¿Por qué no tirar esa hebra para saber cuántos de esos testimonios son falsos?
Podemos tirar también la hebra de los "exonerados políticos", que habrían sido despedidos por el Gobierno Militar debido a motivos políticos, y por ello fueron reconocidos como beneficiarios de una ley que les otorga pensiones de gracia y otros beneficios previsionales. Sobre esta materia, hay evidencias irrefutables que al menos cien mil (2/3) de ellos son falsos exonerados.
Por último, no debemos olvidar los miles de «restos esqueletizados» que se encuentran por décadas en el SML, sin ser periciados porque a la izquierda, y en particular al PC, les preocupa que “aparezcan” otros falsos desaparecidos. A pesar de todo, una buena noticia: la Cámara aprobó el proyecto del Diputado Kaiser, que permitirá al SML identificar de oficio las osamentas mencionadas… ¡otra hebra de la verdad que hay que tirar!
Por Cristian Labbé Galilea
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