El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, defendió con firmeza los recientes ataques militares estadounidenses contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico procedentes de puertos venezolanos, comparando a estos grupos con Al Qaeda y asegurando que se trata de objetivos legítimos en defensa de la seguridad nacional.

Si estás en el Caribe, si estás al norte de Venezuela y pretendes traficar drogas a EE.UU., eres un objetivo legítimo”, afirmó Hegseth durante una entrevista con Fox News, al justificar las operaciones militares que han sido ejecutadas por la Armada estadounidense en aguas internacionales.

Según el secretario de Guerra, los ataques se basan en inteligencia precisa y cuentan con todas las autorizaciones legales necesarias, ya que los grupos involucrados han sido designados como organizaciones terroristas extranjeras.

“Sabemos de dónde vienen, para quién trabajan, qué transportan y cuántas personas hay a bordo. Por eso son ataques legítimos y limpios. Esperamos que disuadan a esas organizaciones terroristas de continuar”, subrayó Hegseth, insistiendo en que el objetivo es proteger al pueblo estadounidense.

Apoyo político y presencia en acto militar

Hegseth participó este domingo en las celebraciones por el 250 aniversario de la Marina de EE.UU. en Norfolk, Virginia, evento al que también asistieron el presidente Donald Trump y la primera dama Melania Trump. En ese marco, se reafirmó el respaldo del gobierno a las operaciones antidrogas en el Caribe.

El secretario de Estado, Marco Rubio, respaldó la estrategia del Pentágono y enfatizó que se actúa con “tremenda confianza en nuestra inteligencia”. Agregó que las fuerzas armadas conocen con claridad quiénes están en las embarcaciones y su propósito.

¿Qué hace un barco 24 kilómetros adentro en aguas internacionales con cuatro motores 450 y sin una sola caña de pescar? Con marcas visibles de drogas. Sabemos quiénes son, los conocemos desde hace tiempo”, indicó Rubio, defendiendo las operaciones.

Rubio afirmó que las acciones militares ya han producido un impacto dramático: se ha reducido significativamente la salida de lanchas sospechosas hacia el norte.

“Hay drogas que no están en las calles estadounidenses ahora mismo gracias a las medidas del presidente Trump y su administración”, aseguró el funcionario.

Reacciones internacionales: tensión con Venezuela y Rusia

Las operaciones militares han provocado fuertes críticas de Venezuela y sus aliados. El gobierno de Nicolás Maduro calificó las acciones como una escalada unilateral y recibió respaldo diplomático de Moscú, que expresó su “preocupación” ante lo que considera una amenaza a la soberanía venezolana.

Este nuevo frente en el Caribe convierte lo que Washington plantea como una operación de seguridad transnacional en un nuevo foco de tensión geopolítica en el hemisferio occidental.

Red de lavado vinculada a los hijos de Maduro

Paralelamente, el FBI anunció una acusación formal contra dos hombres relacionados con una presunta red internacional de lavado de dinero que beneficiaría a los hijos del dictador venezolano, Nicolás Maduro.

La investigación, iniciada en 2019 por la oficina de campo del FBI en Miami, se centra en Arick Komarczyk, acusado de abrir cuentas bancarias en EE.UU. para los hijos de Maduro y sus allegados. Informes de Actividad Sospechosa identificaron transferencias de fondos desde Venezuela hacia cuentas controladas por Komarczyk.

En 2022, una operación encubierta del FBI permitió comprobar que Komarczyk y su socio, Irazmar Carbajal, movilizaron al menos USD 100.000 de fondos presuntamente sancionados por el gobierno estadounidense. USD 25.000 ingresaron al sistema financiero de EE.UU., según reveló Fox News.

A pesar de las pruebas, Komarczyk minimizó la gravedad de los cargos y se refirió al caso como “sexy business”, según lo registrado por agentes federales.

Conclusión

La ofensiva de Estados Unidos contra el narcotráfico vinculado al régimen venezolano marca un cambio significativo en la doctrina de defensa estadounidense, al utilizar fuerza militar directa fuera de sus fronteras en una lucha que mezcla seguridad nacional, política exterior y crimen organizado. Las consecuencias, tanto en el plano regional como internacional, siguen en evolución.

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