El préstamo obligatorio que quedó establecido en la pésima reforma previsional, es algo único en el mundo, no existe ningún país serio en que se le obligue a los trabajadores a prestarle dinero al gobierno de turno, jamás ocurriría esto en un gobierno decente y con ideas de libertad y crecimiento. Las políticas públicas se financian atrayendo inversiones, con emprendimiento, con reglas claras, con incentivos tributarios, con orden, con seguridad, y protección, de lo cual el gobierno carece y ya pronto saldremos de esta pesadilla de 4 años.
Los gobiernos viven de nuestros impuestos, y con ello pueden hacer políticas públicas en beneficio de los ciudadanos, en especial de los más vulnerables, siempre y cuando hayan dejado algunas “carretillas aparte”, del enorme botín que destinaron a sus compadres, amigos y fundaciones que se apoderaron hasta de la recaudación televisiva y que nadie sabe donde están esos dineros aportados por todos que está en los bolsillos de unos pocos.
En un gobierno que llegó a cambiarlo todo, donde son inexpertos en casi todo, podemos decir que el único… que les funciona es ser habilidosos para apropiarse de recursos ajenos, destinados a los campamentos y otras fundaciones, con programas inventados solo con el objeto de “apoderarse” de esos dineros sin importarles la miseria de muchos con tal de asegurar pagos para tener esa “paz social” que se jactan, y que nunca les hicieron ruido.
La reforma previsional, que querían implementar, la cual se quería aprobar que el 6% adicional iría todo a la cuenta capacitación individual de cotización obligatoria del trabajador, no la aprobaron, sin embargo, la actual fortalece a las Administradoras de fondos de pensiones, y con la ayuda de una derecha entregada al gobierno, y que a sabiendas que es una pésima reforma, hoy nos encontramos con un gobierno fracasado, y con problemas de caja.
El préstamo obligatorio que se debe hacer al Estado, porque se supone que no tienen dinero hoy día, quien puede asegurar que mañana si estarán los recursos para devolvérselo a cada trabajador al momento de pensionarse. Donde está esa garantía que aquello ocurrirá, eso no existe. Esa derecha vendida a la izquierda, hoy están desesperados con esa decisión, se dan cuenta que fueron útiles y que ese tema no quedó cerrado, simplemente no les importan las pensiones, ni menos las personas, solo sus intereses políticos partidistas y mezquinos.
Escrito para El Diario de Santiago por Margot Guerrero Bruner
Asesora Previsional
Corredor de Seguros
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