Durante un conversatorio realizado en las aulas de la Paris School of International Affairs de Sciences Po, en París, la exministra del Interior de Chile y excandidata presidencial del Socialismo Democrático, Carolina Tohá, abordó la relación entre el progresismo y la seguridad pública, reflexionando críticamente sobre los desafíos ideológicos que enfrenta la izquierda en estos temas.
Invitada a compartir su experiencia en el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, Tohá conversó con estudiantes de Ciencia Política, abordando en profundidad las tensiones que vive el mundo progresista al enfrentar el debate sobre la seguridad.
«Hacer cumplir la ley no es algo de derecha»
En su exposición, cuyos audios fueron difundidos por Ex-Ante, Tohá señaló que existen “dos tentaciones muy difíciles de resistir para un gobierno progresista en el tema de la seguridad”: el populismo penal y los complejos de izquierda.
“Los complejos de izquierda le tienen alergia a la policía, al orden público, a hacer cumplir la ley. Hacer cumplir la ley no es algo de derecha. Hacer cumplir la ley es la principal protección para los vulnerables. En el reino de la selva, quienes se salvan son los que no necesitan la ley”, afirmó con firmeza.
Crítica a la mirada progresista sobre la inseguridad
Tohá reflexionó sobre una postura común dentro de la izquierda: la tendencia a ver la inseguridad como una consecuencia de problemas estructurales como la desigualdad, la exclusión y la pobreza. Aunque reconoció la existencia de esa relación, advirtió que esa mirada puede transformarse en una trampa conceptual: “Si la inseguridad es una consecuencia de la desigualdad, entonces ocupémonos de la desigualdad. Pero eso es una trampa, porque a la vez que es una consecuencia, también agrava estos problemas y hace difícil resolverlos”, argumentó.
Además, recordó que las principales víctimas de la inseguridad no son las élites, sino las personas más desprotegidas: “Las mayores víctimas de la desigualdad son los más desprotegidos, no los poderosos”, recalcó.
Seguridad y progresismo: una relación necesaria
La exministra sostuvo que uno de los grandes errores del progresismo es no apropiarse del tema de la seguridad, dejándolo como bandera exclusiva de la derecha: “La seguridad ha sido un tema que toman con mucha naturalidad los grupos de derecha, y le cuesta más tomar a los grupos progresistas, en gran parte porque tendemos a explicar la inseguridad como resultado de otros problemas”, explicó.
Tohá advirtió que el miedo transforma el panorama político y debilita la capacidad de las personas de involucrarse en debates colectivos: “Cuando hay temor, las preocupaciones progresistas desaparecen y las personas actúan desde la necesidad de sobrevivir. Su disposición a pensar los problemas como colectivos baja de manera dramática”.
El miedo como amenaza a la libertad y a la democracia
Uno de los puntos centrales de su exposición fue la advertencia sobre cómo el miedo puede empujar a las sociedades hacia posturas extremas: “Cuando dejamos que el miedo se apodere de la dinámica social, de la conversación pública, prosperan no solo las ideas conservadoras o de derecha, sino las ideas de ultraderecha. Y eso está pasando, ha pasado muchas veces en la historia”, señaló.
Si bien reconoció que las personas tienen derecho a adherir a cualquier postura política, enfatizó que el problema es cuando esa adhesión está condicionada por emociones como el temor: “Tienes poca libertad para pensar, para ponderar. Pierdes tu libertad cuando tienes miedo”, reflexionó.
El deber del gobierno frente a las preocupaciones ciudadanas
Finalmente, Tohá hizo un llamado a no desestimar las preocupaciones de la ciudadanía en torno a la seguridad: “No puedes ignorar a la población. Cuando la gente está preocupada de eso, el Gobierno no puede decirle ‘mire, no me interesa, estoy interesado en otra cosa’”, concluyó.
Conclusión
Con una mirada autocrítica y clara, Carolina Tohá expuso en París los desafíos que enfrentan los gobiernos progresistas al abordar la seguridad pública. Su discurso planteó la necesidad de superar los prejuicios ideológicos, para entender que la seguridad no es incompatible con la izquierda, sino que debe ser parte integral de una agenda que proteja a los más vulnerables y fortalezca la democracia frente a los embates del miedo y la polarización.
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