La presencia de madres extranjeras en los partos en Chile ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años. Según los últimos datos entregados por el Ministerio de Salud, en lo que va de 2025, un 21,8% de los partos registrados corresponden a mujeres migrantes.

Este porcentaje contrasta fuertemente con la cifra de hace apenas ocho años, cuando en 2017 los partos de madres extranjeras representaban solo un 6,45% del total nacional. El incremento refleja tanto el aumento de la población migrante en el país como su asentamiento en distintas regiones, especialmente en zonas del norte.

Regiones del norte lideran con cifras superiores al 60%

El fenómeno se acentúa particularmente en el norte del país, donde algunas regiones presentan cifras considerablemente más altas que el promedio nacional. En zonas como Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, más del 60% de los partos son de madres extranjeras, según información preliminar del Minsal.

Estas regiones, históricamente receptoras de migración por su proximidad geográfica a países vecinos y su actividad económica, han experimentado una transformación demográfica significativa, especialmente en los últimos cinco años.

Autoridades monitorean el impacto en el sistema de salud

Desde el Ministerio de Salud explican que este fenómeno no solo representa un desafío estadístico, sino que también obliga a una adecuación de la oferta y la infraestructura sanitaria, especialmente en maternidades y atención primaria.

«Es necesario seguir adaptando los servicios para asegurar una atención digna, oportuna y culturalmente pertinente para todas las madres, sin importar su nacionalidad», señaló una fuente del Minsal. Agregó que también se están reforzando los programas de acompañamiento intercultural, especialmente en zonas con mayor presencia migrante.

Perfil de las madres migrantes

El aumento en los partos de madres extranjeras coincide con una estabilización de la población migrante en el país. La mayoría de estas madres provienen de países como Venezuela, Perú, Colombia, Bolivia y Haití, y en muchos casos residen en Chile desde hace más de dos años.

Además, se ha detectado que una parte importante de estas mujeres acuden a centros de salud pública para recibir atención durante el embarazo y el parto, lo que ha llevado a reforzar las estrategias de acceso a controles prenatales y educación en salud materna.

Un cambio demográfico con proyecciones a futuro

Expertos en demografía y salud pública afirman que esta tendencia no es transitoria, y que se proyecta un crecimiento sostenido en los próximos años. “La población migrante no solo está aumentando, sino que también está echando raíces, formando familias y teniendo hijos en Chile. Esto modifica el perfil de nacimientos en el país y tendrá un impacto en áreas como educación, vivienda y salud”, explica una académica de la Universidad de Chile.

El desafío para las autoridades será garantizar la inclusión plena y equitativa de estas madres e hijos en los sistemas de salud, educación y protección social.

/psg