La Constitución de Estados Unidos establece con claridad que ningún presidente puede ejercer más de dos mandatos. Sin embargo, Donald Trump, conocido por su tendencia a desafiar los límites institucionales, ha insinuado públicamente su interés en un eventual tercer periodo. Aunque la posibilidad de que el actual mandatario, de 82 años, logre sortear la prohibición constitucional parece remota, sus declaraciones alimentan la narrativa de una continuidad política bajo otro formato: la perpetuación del poder a través de una dinastía familiar.

En ese contexto, Eric Trump —tercer hijo del expresidente, nacido de su primer matrimonio— ha comenzado a posicionarse como un eventual heredero del legado político de su padre. En una entrevista concedida al Financial Times, titulada significativamente “Eric Trump abre la puerta a una dinastía política”, el empresario expresó su confianza en que podría prolongar la influencia de la familia en la esfera pública estadounidense: “Creo que sería fácil [fundar una dinastía presidencial]; es decir, creo que podría lograrlo. Y, por cierto, pienso que otros miembros de nuestra familia también podrían hacerlo”, afirmó.

Las palabras de Eric resuenan más allá del simple deseo personal. Reflejan una estrategia de continuidad que remite a la tradición de clanes políticos que han marcado la historia estadounidense —de los Adams a los Kennedy o los Bush—, pero en un contexto contemporáneo donde la polarización y el culto a la figura de Trump han redefinido los márgenes del liderazgo republicano.

Eric Trump, quien creció en el entorno de un padre magnate antes de que este se convirtiera en un fenómeno mediático y luego en presidente, admite sin embargo ciertas reservas. Según explicó al FT, su principal duda sobre dar el salto a la política activa está motivada por sus hijos: no está seguro de si sería “justo” exponerlos a la misma presión mediática y escrutinio que él ha vivido desde que su padre descendió por las escaleras mecánicas de la Torre Trump en Nueva York hace ya una década para anunciar su primera candidatura presidencial.

Más que una simple declaración familiar, sus palabras sugieren que el “trumpismo” podría buscar una nueva forma de permanencia, no necesariamente a través de Donald Trump mismo, sino mediante la consolidación de una herencia política que se proyecte más allá de su figura.

Aquí puede ver y escuchar la entrevista (en inglés) a Eric Trump

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