La más reciente emisión de Fiebre de Baile, transmitida el lunes 20 de octubre, dejó mucho más que una competencia de danza. Faloon Larraguibel, figura televisiva conocida por su paso por Yingo, se robó todas las miradas con una presentación cargada de energía y sensualidad. Su interpretación del tema “La nueva y la ex”, de Daddy Yankee, no solo buscaba imponerse frente a una fuerte contendora —Princesa Alba—, sino también demostrar su evolución escénica. Sin embargo, el foco de la noche se desplazó de lo artístico a lo mediático tras un “casi beso” con su bailarín, Yerko Aliaga.
El gesto, breve pero intencionado, desató una ola de reacciones inmediatas. En el backstage, el periodista JP Queraltó consultó a Rai Cerda, pareja de Larraguibel, sobre el episodio. “Lo primero que pasó cuando Faloon bailó y ese casi beso que se dio con su bailarín, la cara de Rai fue una de día lunes”, comentó Queraltó, haciendo alusión a la visible incomodidad del también exintegrante de Yingo.
Rai, por su parte, respondió con humor, aunque dejando entrever cierto malestar: “Justo iba a sentarme y no lo vi… todos se dieron vuelta a mirarme. Creo que si me mando un besito así, no sé qué pasaría realmente”. Aun así, felicitó a su pareja por su desempeño en la pista, aunque reconoció que “se pasó un poquito” con la intensidad del momento. “Siento que si no hubiera hecho eso, habría ganado. Fue impactante, pero bonito baile”, reflexionó.
Consultada posteriormente, Faloon buscó restarle dramatismo a la situación. “No puedo hacer nada frente a eso, si es una coreografía, tengo que hacerle caso a mi coach. Soy súper profesional. No hubo nada, ni un roce de nariz en ese acercamiento”, aseguró la modelo, señalando que todo fue parte de la puesta en escena. “Ahí está Yerko, él lo puede corroborar”, cerró.
No obstante, el episodio no terminó en el set. Según informó el medio Duplos, tras el programa se habría producido una discusión entre Larraguibel y Rai Cerda “a grito pelado” fuera del canal, registro audiovisual que posteriormente fue eliminado.
Más allá del morbo televisivo, el incidente vuelve a poner sobre la mesa el dilema entre el profesionalismo artístico y la espectacularización de lo íntimo. En un formato donde la emoción y la polémica muchas veces se confunden, el “casi beso” de Faloon Larraguibel no solo generó titulares, sino también una reflexión sobre los límites difusos entre el arte, la estrategia mediática y la exposición sentimental en la era de la farándula instantánea.
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