La palabra “Herencia” inmediatamente nos hace pensar en que somos afortunados y recibiremos un dinero o un bien material, de parte de algún familiar que haya fallecido y se acordó de nosotros y un día dijo protegernos cuando llegase ese momento. Sin embargo, no siempre es así y son casos acotados ya que se requiere cumplir algunos requisitos muchas veces desconocidos para la mayoría de las personas.

​Dicho lo anterior, debemos considerar qué, en el ámbito previsional, la palabra “Herencia” se refiere exclusivamente al fallecimiento de un afiliado a una AFP, o fallecido que se encontraba pensionado por esa entidad, es decir por retiro programado, y “No” tenía beneficiarios legales, como son el cónyuge, hijos menores de 18 años o hasta 24 años al momento del fallecimiento, ni tampoco hijos reconocidos fuera del matrimonio.

​Solo en el caso anterior, y no contando con ningún o de esos “beneficiarios legales de pensión” recién en ese caso, los fondos del afiliado o pensionado en una Administradora de Fondos de pensión, constituiría “Herencia” a ser entregada al familiar directo más cercano.

Esta “Herencia” corresponde a los fondos acumulados por el afiliado o pensionado fallecido, se refiere a la cuenta individual de cotización obligatoria, las cotizaciones voluntarias, los depósitos convenidos, ahorros previsionales voluntarios, fondos de ahorros de la cuenta de indemnización, que acumulaba el fallecido y no habían sido utilizados o retirados, por lo mismo, es entregado a familiares consanguíneos.

​Cabe señalar, que el hecho de que los fondos sean “heredables” es algo que las personas valoran y consideran que se debe mantener, porque ello ratifica lo esencial, que es que la propiedad de esos ahorros de las personas, siempre les ha pertenecido sin discusión alguna.

​Los gobiernos pasan, las ideas se renuevan, se producirán cambios beneficiosos y otros no tanto, pero lo importante es siempre respetar la propiedad de esos dineros, que está en la constitución actual, con todas las modificaciones que ha tenido y que lleva obviamente, la firma de presidentes de la república, que son los ahorros previsionales y una verdad de perogrullo, para quienes han ido construyendo este país con ahorro, esfuerzo y trabajo.

Escrito para El Diario de Santiago por Margot Guerrero Bruner

Asesora Previsional

Corredor de Seguros

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