El precio del cobre alcanzó este miércoles un máximo histórico en la Bolsa de Metales de Londres (LME), en medio de expectativas de distensión entre Estados Unidos y China, y una creciente preocupación por las interrupciones en el suministro minero mundial.

El metal rojo cerró con un alza de 1,38%, al transarse en US$5 la libra, su nivel más alto jamás registrado en el mercado londinense. Con ello, el promedio mensual se ubicó en US$4,8, mientras que el promedio anual escaló a US$4,38 por libra, consolidando al cobre como uno de los activos más rentables del año.

Rally histórico impulsado por déficit global

Los futuros a tres meses también mostraron un fuerte repunte, alcanzando US$11.146 por tonelada, cifra que supera el máximo anterior registrado en 2024. En lo que va de 2025, el cobre —considerado un barómetro del crecimiento económico mundial y el principal producto de exportación de Chile— se encamina a su mejor desempeño desde 2017.

Este repunte ha estado marcado por un contexto de alta volatilidad y profundas disrupciones en la producción. Los contratiempos operativos en grandes minas de Chile, África e Indonesia han limitado la oferta global, mientras que las políticas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump han provocado fuertes distorsiones en los precios internacionales.

“Los precios del cobre se ven respaldados por un mayor apetito por el riesgo, impulsado por el optimismo en torno a un posible acuerdo comercial entre Estados Unidos y China”, explicó Craig Lang, analista principal de CRU Group, a Bloomberg.

Aranceles de EE. UU. alteran el mercado global

A comienzos de este año, los operadores aumentaron el envío de cobre hacia Estados Unidos, anticipándose a nuevos impuestos al metal, lo que generó una brecha histórica entre los precios de la bolsa Comex de Nueva York y la LME.

En agosto, el presidente Donald Trump decidió eximir de los aranceles al cobre de grado básico, aplicándolos en cambio a productos con valor agregado, aunque dejó abierta la posibilidad de reimponerlos en 2027.

Esta política ha provocado una acumulación de inventarios en Estados Unidos, mientras que el resto del mundo enfrenta una grave escasez del metal. Según estimaciones de Morgan Stanley, el mercado mundial del cobre enfrentará su mayor déficit en más de dos décadas en 2026.

Problemas en las principales mineras

El sector minero ha sufrido una seguidilla de incidentes y paralizaciones. Compañías como Freeport McMoRan Inc., Ivanhoe Mines Ltd. y la estatal chilena Codelco han reportado dificultades operativas que han reducido su capacidad productiva.

A su vez, Anglo American Plc advirtió esta semana que la producción de su mina insignia será inferior a lo proyectado para 2026, siguiendo el mismo tono de alerta emitido por Teck Resources Ltd.

De acuerdo con CRU Group, la suma de estas interrupciones apunta a que la producción mundial de cobre se contraerá por primera vez desde la pandemia de 2020, una situación que amenaza con intensificar la escasez global.

Demanda estable y expectativa por acuerdo EE. UU.–China

Aunque la demanda subyacente ha mostrado altibajos —impulsada por el auge de las energías renovables, los vehículos eléctricos y los centros de datos, pero frenada por la incertidumbre comercial—, el consumo en China se ha mantenido sólido.

Beijing ha anunciado planes para aumentar su inversión en infraestructura y tecnología, fortaleciendo la demanda del metal. Al mismo tiempo, los mercados internacionales se muestran optimistas ante la posibilidad de un acuerdo comercial entre Trump y Xi Jinping que ponga fin a las tensiones arancelarias entre las dos mayores economías del mundo.

“El cobre está recibiendo un impulso tanto por el optimismo macroeconómico como por los temores de escasez física fuera de Estados Unidos”, añadió Lang.

Perspectivas

Con un panorama dominado por la disminución de la oferta, la incertidumbre geopolítica y la transición energética global, los analistas prevén que el precio del cobre podría mantenerse elevado durante los próximos años.

De confirmarse las proyecciones de déficit histórico para 2026, el metal rojo —clave para la descarbonización y la tecnología— podría consolidar una nueva era de precios altos, con importantes repercusiones para Chile y el resto de los países productores.

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