Coquimbo Unido escribió una de las páginas más alegres de su historia reciente, y el principal guardián de esa hazaña tiene nombre y apellido: Diego “Mono” Sánchez. Sus estadísticas son tan contundentes como su carisma: en 25 partidos —solo se perdió uno, ante Universidad de Chile, por suspensión— recibió apenas 12 goles. Cifras que hablan de un arquero en estado de gracia, decisivo en un campeonato que el cuadro aurinegro aseguró con cuatro fechas de anticipación y un impresionante 83% de rendimiento.
La escena final fue pura emoción. En el Francisco Sánchez Rumoroso, el portero gritó, lloró y festejó con el desparpajo que lo caracteriza. “¡Se acabó!, ¡se acabó!”, repetía ante las cámaras de TNT Sports mientras el público convertía el estadio en una fiesta dorada y negra. Era el cierre perfecto para una campaña que devolvió al puerto su orgullo futbolero.
El tatuaje del campeón
Horas después del pitazo final, Diego Sánchez sumó un nuevo capítulo a su leyenda personal. Fiel a su estilo pasional y sin filtros, el “Mono” decidió tatuarse la sien con la frase “Es hoy”, una declaración que había compartido en sus redes antes del partido y que terminó convirtiéndose en su mantra de campeón.
La imagen del tatuaje, publicada en su cuenta de Instagram junto al mensaje “Y era hoy, ctm, campeones históricos”, se viralizó de inmediato. Era la forma más literal posible de grabar en la piel un momento irrepetible: el título más simbólico en la historia pirata. En el camarín, entre abrazos y cánticos, el arquero marcaba así su compromiso con un club y una ciudad que aprendieron a creer de nuevo.
De campeón… a posible Rey Guachaca
Las celebraciones no se detuvieron en la cancha. En la madrugada coquimbana, el plantel recorrió la ciudad entre bocinazos y banderas, encabezado por un Diego Sánchez desbordante de alegría. Ya con la primera luz del lunes, el arquero volvió a sorprender en redes sociales: subió una foto completamente desnudo de espaldas, mirando el amanecer del puerto. “Buen día, Coquimbo, toy de campeón”, escribió, sintetizando en una frase la euforia colectiva de la región.
Su compañero Cristián Zavala recordó además una promesa hecha el 7 de octubre: si salían campeones, el “Mono” sería candidato a Rey Guachaca, el reconocimiento popular que celebra al personaje más carismático del país. Nada más coherente: el ídolo pirata que atajó los sueños rivales terminó también conquistando el corazón de su gente, con humor, coraje y la autenticidad que lo vuelve inconfundible.
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