En un nuevo capítulo de la creciente tensión nuclear entre Estados Unidos y Rusia, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó que podría estar trabajando en un plan de desnuclearización junto a China y Rusia, aunque no ofreció detalles concretos sobre la iniciativa.
Durante su intervención en el American Business Forum en Miami, Trump destacó la supremacía nuclear de su país. “Hemos modernizado nuestro arsenal nuclear; somos la potencia nuclear número uno, algo que odio admitir, porque es muy terrible”, dijo. Respecto a sus rivales estratégicos, agregó: “Rusia está segundo. China es un tres distante, pero nos alcanzarán dentro de cuatro o cinco años. Tal vez estemos elaborando un plan de desnuclearización entre los tres países. Veremos si funciona”.
El mandatario también aludió a la cooperación con Arabia Saudita tras la desarticulación de las capacidades nucleares de Irán y mencionó alianzas recientes con China, Japón y Malasia, asegurando que su política exterior se basa en la “paz a través de la fuerza”. Además, destacó un presupuesto récord para defensa, equivalente a un billón de dólares, y anunció la restauración del nombre “Departamento de Guerra” para la política de defensa estadounidense.
Estas declaraciones se producen tras el anuncio de la semana pasada en que Trump instruyó al Departamento de Defensa a comenzar pruebas con armas nucleares, como respuesta a los recientes ensayos realizados por países rivales. Según el mandatario, estas acciones buscan mantener la paridad frente a Rusia y China.
La respuesta de Moscú no se hizo esperar. El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó este miércoles a sus principales funcionarios estudiar a fondo las intenciones de Estados Unidos y “presentar propuestas” para retomar las pruebas nucleares. La instrucción se emitió durante una reunión del Consejo de Seguridad ruso, donde Putin reiteró que Rusia solo retomaría los ensayos si Estados Unidos lo hace primero.
Durante la sesión, Putin instruyó a las agencias gubernamentales a recabar información, analizarla y presentar propuestas coordinadas sobre un posible inicio de preparativos para pruebas nucleares, dejando en claro que, por el momento, no se autorizarán detonaciones sin una evaluación completa de la situación internacional.
El intercambio de declaraciones subraya la creciente tensión en torno al Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, acuerdo internacional que Estados Unidos y Rusia han respetado en la práctica durante décadas, aunque sin ratificación formal por parte del Senado estadounidense en el caso de EE. UU., y que Putin revocó parcialmente en 2023, alegando la necesidad de igualdad estratégica con Washington.
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