La tensión entre Latam Airlines y sus pilotos alcanzó su punto más crítico a la medianoche de este miércoles, cuando el Sindicato de Pilotos de Latam (SPL) inició oficialmente una huelga que amenaza con alterar la conectividad aérea de Chile y parte del continente durante varios días. La medida de fuerza se concretó tras el fracaso de la mediación de la Dirección del Trabajo (DT) y el rechazo sindical a la última oferta presentada por la compañía, marcando el quiebre definitivo de un proceso que se arrastraba desde el 3 de noviembre.

Según el SPL, la aerolínea “decidió clausurar anticipadamente el proceso de mediación legal”, negándose a extender el diálogo por cinco días adicionales, como permite la normativa. Esta decisión, denunciaron, “forzó la paralización anticipada de las operaciones”. Desde la empresa, en tanto, se activó un plan de contingencia para mitigar los efectos del paro, mientras el sindicato insistía en que la huelga era “evitable” y consecuencia de una “decisión unilateral” de la administración.

La paralización involucra a cerca de 500 pilotos, equivalentes a más de la mitad del total de tripulantes de vuelo de la compañía, lo que explica su impacto inmediato. Latam informó la cancelación de 173 vuelos entre el 12 y el 17 de noviembre, afectando a unos 20 mil pasajeros en rutas nacionales e internacionales. Aunque la empresa aseguró que la “casi totalidad” de los usuarios ya fue reubicada dentro de una ventana de 24 horas, la magnitud del conflicto pone a prueba la resiliencia operativa del principal grupo aéreo de Sudamérica.

El presidente del SPL, Mario Troncoso, atribuyó la ruptura a una falta de voluntad por parte de la dirección de la empresa. “Nos resulta inexplicable que la compañía nos haya llevado de la mano a una huelga que siempre consideramos evitable, si se comparan las ganancias obtenidas por Latam con la moderación de nuestras demandas”, sostuvo. Entre los puntos centrales del petitorio sindical figura la restitución de las condiciones laborales previas a la pandemia, cuando la empresa aplicó severos ajustes contractuales que, según los pilotos, “nunca fueron plenamente revertidos”.


Latam Airlines: un gigante regional en medio de la tormenta

Latam Airlines —el mayor grupo aéreo de Sudamérica y uno de los doce más grandes del mundo— enfrenta su primer gran conflicto laboral desde que saliera del proceso de reorganización judicial en Estados Unidos, hace menos de tres años. En junio pasado, la empresa informó ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de ese país que “somos el mayor grupo aéreo de Sudamérica, con casi el doble de vuelos que cualquier otro grupo de la región”.

Los datos respaldan esa afirmación. Según la Fiscalía Nacional Económica (FNE), Latam concentra el 62,7% del tráfico doméstico en Chile y el 47,7% del internacional, con origen o destino en el país. En el ámbito regional, su participación alcanza el 38%, frente al 17% de American Airlines. La compañía —de capitales chilenos y brasileños— opera una flota de 348 aeronaves, incluidos 20 cargueros, y emplea a más de 39 mil personas, conectando 153 destinos en 27 países y 164 ciudades mediante su división de carga.

Esta escala explica el alcance del conflicto: una huelga en Latam no solo afecta a los pasajeros chilenos, sino a las cadenas logísticas y comerciales de toda la región. En ese contexto, el vicepresidente de Clientes de Latam, Paulo Miranda, enfatizó que “estamos haciendo un tremendo esfuerzo por entregar la mejor solución disponible a los pasajeros, manteniendo la conectividad del país, en especial en los territorios que más lo requieren”. La compañía informó que más del 90% de los usuarios afectados ya fue reubicado, y que “las medidas implementadas se mantendrán mientras dure la huelga”, ofreciendo cambios de fecha, devolución total de pasajes y servicios asociados sin costo adicional.


El Sindicato de Pilotos: estructura técnica y liderazgo experimentado

El Sindicato de Pilotos de Latam (SPL) agrupa a 464 socios, representando a más del 50% de los pilotos de la aerolínea. Su presidente, Mario Troncoso, lidera la organización desde hace cuatro años, acompañado por Gustaf Strengell (secretario), Pedro Núñez-Barranco (tesorero), Carlos Mardones y Daniel Bontempi (directores).

La directiva cuenta con un equipo asesor de alto perfil técnico y político, encabezado por el abogado Zarko Luksic, exdiputado y exsubsecretario del Trabajo, quien ha acompañado al gremio en dos procesos de negociación colectiva. Luksic, académico de la Universidad Católica, ha enfocado su labor en fortalecer el liderazgo sindical y en la defensa de los derechos laborales en la aviación comercial.

El equipo se completa con Eduardo Pizarro, exsubgerente de Relaciones Laborales de Latam Airlines Group, y Marco Jofré, exvicepresidente de Operaciones y Mantenimiento de la empresa. Ambos aportan una mirada estratégica e industrial, otorgando al sindicato un peso técnico poco habitual en negociaciones colectivas del sector.


Un conflicto que trasciende la coyuntura laboral

Más allá de su dimensión inmediata, la huelga de pilotos en Latam reabre un debate más amplio sobre el modelo laboral postpandemia en la aviación comercial, donde las empresas buscaron mantener su rentabilidad a costa de una flexibilidad contractual que, con el retorno del crecimiento, muchos trabajadores consideran insostenible.

En el caso de Latam, la disputa se inscribe en una transición aún incompleta entre la austeridad impuesta por la crisis sanitaria y la recuperación operativa de una corporación clave para la conectividad continental. El desenlace de esta huelga, por tanto, no solo definirá las condiciones laborales de los pilotos, sino que podría marcar un precedente para el resto del sector aéreo latinoamericano, donde la productividad y los derechos laborales continúan en una tensa negociación permanente.

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