La superficie corporal, especialmente la piel, funciona como un indicador visible del estado fisiológico interno y, en muchos casos, puede anticipar alteraciones de salud antes de que otros síntomas se manifiesten.

Diversos estudios respaldan la idea de que cambios repentinos en el color, la textura o la sensibilidad de la piel pueden estar relacionados con alteraciones hormonales, nutricionales, inmunológicas o metabólicas. Según especialistas consultados por The Telegraph, una observación cuidadosa de este órgano permite detectar señales tempranas asociadas a múltiples trastornos.

El Dr. Thuva Amuthan, experto en salud cutánea, explicó al medio británico que la piel “se renueva con rapidez y posee una irrigación sanguínea abundante, por lo que refleja cambios internos de nutrición, hormonas, circulación y función de órganos antes de que aparezcan otros síntomas”. Por ejemplo, una tonalidad amarillenta puede sugerir problemas hepáticos o biliares, mientras que lesiones persistentes pueden relacionarse con trastornos autoinmunes o tiroideos.

La dermatóloga Mia Steyn coincidió en que la piel, debido a su extraordinaria complejidad, interactúa con todos los sistemas del cuerpo, generando señales visibles cuando algo no funciona adecuadamente. Ante cambios como erupciones súbitas, bultos, picazón sin causa aparente o decoloraciones, los especialistas recomiendan la consulta con un profesional de la salud para descartar patologías internas.

Señales cutáneas que pueden advertir sobre problemas internos

Manifestaciones como manchas, coloración inusual, bultos o texturas anómalas pueden indicar alteraciones vinculadas con trastornos metabólicos, inmunológicos u hormonales. Detectarlas a tiempo y buscar asistencia médica puede prevenir complicaciones mayores.

1. Picazón persistente

La picazón prolongada puede ser un indicador de alteraciones tiroideas, enfermedades hepáticas o trastornos hematológicos, explicó Amuthan.

En patologías hepáticas, la llamada picazón colestásica ocurre por la acumulación de ácidos biliares, afectando palmas, plantas, tronco o incluso toda la superficie corporal.

Steyn destacó que una picazón generalizada sin erupción visible es una de las señales de alarma más importantes y siempre requiere una evaluación médica completa.

En determinados casos, este síntoma puede asociarse a linfomas, leucemias o, en mujeres menopáusicas, al descenso de estrógenos, que provoca piel más seca y menos elástica.

2. Aparición de pequeñas ampollas

La presencia de lesiones diminutas y muy pruriginosas en zonas como cuero cabelludo, codos, hombros, rodillas o nalgas puede corresponder a dermatitis herpetiforme, una manifestación cutánea vinculada a la enfermedad celíaca.

Según Amuthan, la exposición al gluten desencadena la producción de anticuerpos IgA, provocando una reacción autoinmune que afecta tanto a la piel como al intestino.

Steyn recordó el caso de un paciente con erupciones persistentes en espalda y brazos, cuya condición mejoró notablemente tras recibir atención especializada y adoptar una dieta libre de gluten.

3. Piel amarillenta

Una coloración amarilla o grisácea de la piel es característica de la ictericia, asociada principalmente a trastornos hepáticos o renales.

La ictericia se produce por la acumulación de bilirrubina, sustancia generada durante la degradación de glóbulos rojos.

En casos renales avanzados, este tono puede acompañarse de manchas oscuras, debido a los desechos que el cuerpo no logra eliminar correctamente.

4. Labios agrietados

Aunque los labios partidos son comunes en ambientes secos, también pueden reflejar deficiencias de vitaminas B2, B12 e hierro, explicó Steyn.

La queilitis angular, localizada en las comisuras de los labios, aparece cuando la piel debilitada se resquebraja y queda expuesta a infecciones.

5. Protuberancias cerosas y amarillas

Los xantelasmas, bultos amarillos y cerosos cercanos a los párpados o articulaciones, pueden indicar niveles elevados de colesterol.

Amuthan señaló que se trata de depósitos de colesterol bajo la piel, aunque su mecanismo no está completamente definido.

Steyn añadió que suelen aparecer en el ángulo interno de los párpados, con apariencia plana o ligeramente elevada.

6. Manchas oscuras y aterciopeladas

La acantosis nigricans, con zonas de piel oscura y textura aterciopelada en el cuello, axilas, ingle, ombligo o frente, es un signo asociado a la resistencia a la insulina.

Amuthan advirtió que el llamado “cuello sucio” puede ser un indicador temprano de prediabetes.

7. Labios azules

La cianosis, visible en labios y uñas, refleja niveles bajos de oxígeno en sangre.

De acuerdo con Amuthan, puede estar relacionada con afecciones cardíacas o pulmonares, como asma, neumonía o insuficiencia cardíaca.

En ambientes fríos, esta coloración suele ser temporal, pero si se mantiene o se acompaña de dolor torácico o dificultad para respirar, requiere atención médica inmediata.

En conjunto, los especialistas destacan que la observación precisa y regular de la piel permite identificar señales sutiles y, en algunos casos, anticipar enfermedades internas antes de que comprometan la salud de manera seria.

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