El gobierno de Estados Unidos ha calificado como «un gran paso hacia adelante» la ronda de negociaciones celebrada este domingo en Ginebra con representantes de Ucrania, cuyo objetivo central es avanzar en una propuesta de paz que ponga fin al conflicto bélico con Rusia.

Según un comunicado emitido por la Casa Blanca la noche del domingo, las delegaciones trabajaron en profundidad sobre los lineamientos del plan elaborado por la administración del presidente Donald Trump. El resultado más tangible del encuentro ha sido el consenso sobre un marco actualizado que servirá de base para las discusiones formales venideras.

«El compromiso por parte de ambos países permitió trabajar en un borrador rediseñado que reúne los elementos clave y define los próximos pasos», señaló la declaración conjunta al término de la jornada.

Optimismo diplomático y soberanía irrenunciable

Los equipos negociadores definieron el debate como «constructivo, enfocado y respetuoso». Un punto central del entendimiento es la coincidencia en que cualquier avance diplomático debe garantizar la preservación total de la soberanía ucraniana, una condición que Washington ha marcado como irrenunciable en sus gestiones actuales.

El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, lideró la representación estadounidense y calificó la jornada como «la más productiva» de todo el proceso hasta la fecha. Rubio se mostró optimista sobre la posibilidad de cerrar un acuerdo definitivo en un «plazo razonable».

El jefe de la diplomacia estadounidense precisó que los equipos revisaron minuciosamente los cerca de treinta apartados de la propuesta y lograron reducir significativamente la lista de diferencias. «Ningún tema abierto es insalvable. Se necesita tiempo extra, pero ambas partes están comprometidas con la solución», afirmó Rubio desde Ginebra.

La postura de Kiev: seguridad y reconstrucción

Por la parte ucraniana, el jefe de gabinete presidencial, Andrii Yermak, destacó la «alta productividad» del encuentro y agradeció expresamente al presidente Trump por el esfuerzo diplomático y el sostén continuo a Ucrania.

Yermak subrayó que su delegación insistió en la necesidad de blindar el futuro del país. Para Kiev, es vital que el acuerdo final contemple mecanismos de seguridad, planes de reconstrucción y garantías internacionales sólidas.

La Casa Blanca reforzó esta visión, indicando que cualquier solución debe ser «justa y sostenible», estableciendo condiciones que impidan que el país europeo vuelva a quedar expuesto a agresiones externas.

Los ejes del plan y el factor europeo

Fuentes diplomáticas indican que la estructura principal del plan establece requisitos claros sobre la retirada de tropas, la reintegración de territorios y la consolidación de fronteras reconocidas. Sin embargo, el borrador definitivo aún requiere el visto bueno final de los presidentes Donald Trump y Volodimir Zelensky.

Ambos gobiernos han confirmado su intención de mantener un diálogo intensivo en los próximos días. No obstante, el proceso no es ajeno a la inquietud de los aliados del Viejo Continente.

Voceros de la Delegación Europea indicaron que se busca una posición común ante cuestiones sensibles relacionadas con la OTAN, la reducción de fuerzas militares y el futuro marco de seguridad continental. Líderes del G20, incluido el presidente francés Emmanuel Macron, matizaron el optimismo estadounidense llamando a transformar el borrador en «un documento viable que responda plenamente a las preocupaciones de seguridad tanto para Ucrania como para Europa».

En la misma línea, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, insistió en que la Unión Europea debe tener un «papel central» en cualquier pacto final y exigió una coordinación continua.

Próximos pasos

Estados Unidos y Ucrania acordaron iniciar nuevas consultas técnicas para ajustar los aspectos más sensibles del texto y abordar los intereses de los aliados internacionales. Aunque Moscú no intervino directamente en la ronda de Ginebra, el secretario Rubio aseguró que la postura rusa «ha sido tenida en cuenta de diversas maneras».

Tras años de guerra y debate global, la agenda de las próximas semanas será decisiva para determinar si este avance técnico y político logra transformarse en un pacto duradero que traiga estabilidad a Europa oriental.

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