Cada inicio de año despierta sentimientos encontrados. Mientras muchas personas se aferran a rituales y ceremonias para atraer buenas energías y renovar esperanzas, también surge un espacio para los presagios inquietantes que suelen acompañar el cambio de calendario.
En ese contexto, vuelven a circular las profecías de Nostradamus, el astrólogo y médico francés cuyas predicciones —según sus seguidores— habrían anticipado algunos de los episodios más impactantes de la historia. A casi 500 años de su muerte, sus escritos siguen siendo motivo de análisis, debate y preocupación, especialmente cuando el mundo atraviesa un escenario político, social y sanitario complejo.
Con el 2026 a la vuelta de la esquina, una pregunta vuelve a instalarse: ¿qué es lo que, según Nostradamus, podría deparar el próximo año?
Qué son las profecías de Nostradamus
«Aquí descansan los restos mortales del ilustrísimo Michel de Nostradamus, el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo».
Así reza —en latín— el epitafio que se encuentra en la tumba de Michel de Nostradamus, médico, filósofo, matemático, alquimista y astrólogo nacido en Francia en el siglo XVI.
Para algunos, fue un vidente extraordinario; para otros, un embaucador hábil. Lo cierto es que sus seguidores le atribuyen la predicción de hechos como el asesinato de John F. Kennedy, el ascenso de Adolf Hitler, guerras mundiales, bombas nucleares y grandes desastres naturales.
Nostradamus plasmó sus visiones en cuartetas, breves versos de cuatro líneas escritos de forma ambigua y críptica, lo que permite múltiples interpretaciones y adaptaciones a distintos hechos históricos.
Uno de los ejemplos más citados es la supuesta predicción de la muerte del papa Juan Pablo I, ocurrida en 1978 tras solo 33 días de pontificado, un episodio rodeado de misterio. La cuarteta correspondiente señala:
“Elegido Papa del elector será burlado,
súbitamente con frecuencia emocionado,
dispuesto y tímido.
Por demasiado bueno y dulce a morir provocado.”
(Centuria X, cuarteta XII).
Las profecías atribuidas a 2026
Los escritos de Nostradamus están organizados en Centurias, conjuntos de cien estrofas. Algunos intérpretes asocian el número 26 con el año 2026 y analizan las cuartetas correspondientes como posibles predicciones para ese período.
1. “El gran hombre será derribado en el día por un rayo”
Según interpretaciones citadas por el sitio grunge.com, el “rayo” podría simbolizar un ataque repentino o asesinato, mientras que el “gran hombre” aludiría a una figura pública de alto perfil.
2. “Peste en la Toscana”
La estrofa 26 de la Centuria I menciona una peste en la región italiana de Toscana, lo que genera inquietud, especialmente considerando que Italia fue uno de los primeros focos europeos del Covid-19. Además, existe un virus conocido como virus de Toscana, actualmente bajo observación científica.
3. “El gran enjambre de abejas se levantará… por la noche la emboscada”
Las abejas suelen interpretarse como un símbolo político. Según el sitio history.co.uk, esta cuarteta podría relacionarse con movimientos de poder o triunfos inesperados de líderes políticos controvertidos en 2026.
4. “Por el favor que la ciudad mostrará… el Ticino se desbordará de sangre”
El verso 26 de la Centuria II es leído como una advertencia bélica. Algunos intérpretes lo vinculan al cantón del Tesino, en Suiza, limítrofe con Italia, y lo asocian a conflictos armados, violencia y derramamiento de sangre.
Quién fue Nostradamus
Michel de Notre-Dame, conocido como Nostradamus, nació el 14 de diciembre de 1503 en Saint-Rémy-de-Provence, al sur de Francia. Estudió medicina —aunque nunca obtuvo el título— y se dedicó a la alquimia, la astrología y la escritura.
Durante sus viajes por Francia e Italia, entró en contacto con curanderos, astrólogos y adivinos, quienes influyeron en su pensamiento. A partir de 1555, comenzó a publicar sus cuartetas proféticas, agrupadas en las famosas Centurias.
Contó con la protección de Catalina de Médici, reina consorte y luego regente de Francia, quien lo integró a la corte como consejero y astrólogo. Nostradamus murió en 1566, a los 63 años.
Cinco siglos después, su figura sigue despertando fascinación, escepticismo y temor. Sabio para algunos, charlatán para otros, lo cierto es que cada nuevo año sus profecías vuelven a instalar preguntas e inquietudes, especialmente en tiempos de incertidumbre global.
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