Luego de dos periodos de estancamiento de la economía en el país, el Barómetro de la Economía Chilena del Instituto de Políticas Públicas Unab (IPP UNAB) ha evidenciado un deterioro significativo del escenario en agosto. Según apunta el informe, la mayor parte de las variables en estudio está empeorando su estado.

El subdirector del IPP UNAB, Gonzalo Valdés, comentó que “las señales que nos arroja este nuevo informe son preocupantes, pues el 75% de las variables estudiadas se encuentran empeorando su desempeño con respecto a los meses previos, lo que deja en evidencia la notoria situación de fragilidad de nuestra economía a diferencia de lo que se observaba a principios del primer semestre de este año”.

Valdés alertó sobre la dificultad de retomar la senda de desarrollo: “La triple crisis de populismo, pandemia e intentos constitucionales quedó atrás, pero nuestro país ha sido incapaz de volver a crecer y crear empleos como lo hacía antes. Es urgente discutir y proponer una estrategia país para retomar la senda de crecimiento de los años 2000, que incluya flexibilizar la contratación y simplificar la inversión. Durante estos últimos años dilapidamos nuestra fama de ser un país estable y serio, y ese prestigio debemos reconstruirlo”, declaró.

El Índice Económico IPP UNAB posiciona en un plano 24 indicadores económicos entre cuatro cuadrantes: bien y mejorando; bien pero empeorando; mal pero mejorando; y mal y empeorando. Durante este mes, la economía se posicionó en “bien, pero empeorando”.

En detalle, el Índice fue empujado por una fuerte contracción de las variables hacia el lado negativo. Las variables ubicadas en “bien y mejorando” bajaron de más de un 20% el mes pasado a 16,7%. Estas son deudores morosos, a la creación de empleos, a las exportaciones y a la tasa promedio de créditos de consumo.

El cuadrante “bien, pero empeorando” concentró a la mayoría de las variables, con el 41,7% del total. Estas corresponden a la inflación, las remuneraciones reales, la deuda neta del gobierno central, la incertidumbre económica, el precio del cobre, la participación laboral, el riesgo, el IPSA, la tasa de participación laboral femenina y la tasa de ocupación.

Por el lado negativo del plano, el área “mal, pero mejorando” apenas posicionó al 8,3% de las variables, manteniéndose la proporción del mes pasado. Este porcentaje equivale a sólo dos variables: el desempleo y la confianza empresarial.

Finalmente, el peor de los cuadrantes “mal y empeorando”, concentró el 33,3% de las variables: el Imacec, la tasa de créditos hipotecarios, la confianza de los consumidores, el dólar, el saldo en cuentas corrientes y depósitos a plazo, la inversión extranjera directa, el índice de avisos laborales de internet y la tasa de informalidad laboral.

“Como ya se mencionó, el Barómetro muestra una concentración de indicadores en el área inferior del gráfico. Más aún, un 75% de las variables se encuentran empeorando – es decir, su nivel actual es peor al promedio de los tres meses anteriores – lo que se establece como un hecho preocupante debido a la posibilidad de que aquellas variables sigan empeorando y pasen al cuadrante más negativo “Mal y Empeorando”, explica el estudio.

Subíndices

Si bien en los meses anteriores la economía ya había mostrado señales que empeoramiento, ninguno de los tres subíndices (expectativas, situación macroeconómica y situación de los consumidores) se había posicionado en terreno negativo, durante agosto uno de estos tuvo un deterioro significativo que lo empujo al área negativa del plano: mal y empeorando.

Se trata de la situación macroeconómica. Dos variables que cambiaron de cuadrante hacia terreno negativo. Estas son el dólar que pasó de “mal, pero mejorando” a “mal y empeorando”, y la inversión extranjera directa que pasó de “bien, pero empeorando” de lleno al peor cuadrante de la medición (mal y empeorando).

Dentro de este subíndice hubo un movimiento positivo: las exportaciones pasaron de “mal y empeorando” directamente a “bien y mejorando”.

El subíndice de expectativas (posicionado en “bien pero empeorando”) concentró los otros tres cambios de cuadrante que se dieron en agosto, dos de ellos negativos. La incertidumbre económica pasó de “bien y mejorando” a “bien y empeorando”, y la confianza de los consumidores se movió de “bien y mejorando” a “mal y empeorando”. Por el lado contrario, la confianza empresarial tuvo un cambio positivo de “mal y empeorando”, a “mal, pero mejorando”.

Por último, el subíndice de situación de los consumidores se ubicó también en “bien pero empeorando”, sin cambios de cuadrantes en sus variables.

“Que la mayoría de los indicadores principales de la economía chilena estén empeorando levanta alarmas respecto a la posibilidad de alcanzar los índices de desarrollo previos a la pandemia y el estallido social, y establece dudas sobre si las políticas hasta ahora implementadas para su recuperación están siendo efectivas”, concluye el informe.

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