Y no sólo escribir, como apunta Yanira Zuñiga en su columna del miércoles pasado, también dictar sentencia… o al menos ayudar a hacerlo.
Sucedió en Colombia, donde un juez resolvió “una acción de amparo constitucional relativa a la cobertura de gastos de salud basándose en las respuestas de una herramienta de inteligencia artificial”, recordaba la profesora de la U. Austral.
La referida herramienta era precisamente ChatGDP, el equivalente al Pedro Pascal de las IA –por lo de estar de moda.
Pero el punto de Zuñiga va mucho más allá, porque el escenario abre “interrogantes morales y jurídicas sobre sus aplicaciones y riesgos”. “¿La IA es compatible con las garantías del debido proceso o con el principio de igualdad?”, se pregunta.
Y encontrar respuesta pronto es cada vez más inevitable.
Boletín semanal de Opinión de La Tercera por Juan Paulo Iglesias
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