Rubén Baraja amargó el regreso a Mestalla de Marcelino -un técnico al que siempre ha admirado- gracias a un gran planteamiento del Valencia que superó al Villarreal por tierra, mar y aire. El equipo blanquinegro fabricó el partido más completo de la temporada gracias no solo por la enorme efectividad en las dos áreas sino porque supo interpretar cuándo había que acelerar y cuándo reducir marchas dependiendo de las necesidades del encuentro. El Valencia mira hacia arriba con los dos últimos triunfos. Y el Villarreal no termina de salir de la depresión que ha llevado a Marcelino a convertirse en el tercer técnico de la temporada.

Hay partidos que no necesitan minutos de tanteo. El Valencia ingresó en el derbi con un punto de ebullición que provocó quemaduras de tercer grado en el submarino. Jugar a altas revoluciones desajustó a un submarino que ya venía muy descoordinado por las ocho bajas que arrastraba entre lesiones, sanciones y convocados para la Copa África. Fue Ramón Terrats el que jugó inicialmente como lateral izquierdo para tapar huecos. A todo ello hubo que añadir la lesión de Albiol durante el partido. El central valenciano pidió el cambio y tuvo que debutar Eric Bailly, que había sido inscrito horas antes tras concretarse su fichaje recién abierto el mercado de invierno.

Para entonces, el Valencia ya ganaba 1-0 gracias a una gran combinación entre Pepelu -otro partidazo del mediocentro de Denia- y Gayá. El lateral ganó la línea de fondo y asistió con un certero pase atrás a Yaremchuk. El ucraniano marcó su primer gol con el Valencia en el mejor escenario posible, para abrir la cuenta en un derbi en Mestalla. El equipo de Marcelino no había terminado aún de ubicarse cuando llegó el penalti que puso el 2-0. Fue más una falta personal de baloncesto. Hugo Duro ganó la posición dentro del área y cayó al suelo en cuanto notó a Terrats en el cogote. Pepelu engañó a Jorgensen.

Fue a partir del 2-0 cuando el Villarreal disputó sus mejores minutos. Alberto Moreno, muy vertical en su posición más adelantada, se estrelló dos veces ante Mamardashvili: con una volea y con un mano a mano, tras el que reclamó penalti por agarrón del meta georgiano. También Paulista abortó un centro desde la banda tras una pérdida de Guillamón en campo propio y, después, la grada suspiró al ver que se marchaba fuera un disparo con la izquierda de Bailly.

Tras el descanso, Pepelu amplió la ventaja otra vez de penalti esta vez por manos de Altimira, que en realidad tocó el balón por el propio empuje del braceo de Canós. El especialista del Valencia anotó su cuarto penalti de la temporada, para convertir Mestalla en una fiesta.

Pero aún tuvo tiempo Gerard Moreno de inquietar a la grada local con el 3-1 tras una buena acción de Ilias. El delantero catalán anotaba su noveno gol en Liga que sirvió para poco más que para maquillar el marcador.

/Escrito por Fernando Álvarez para Marca de España

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