El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) publicó este lunes un informe en el que analizó el nuevo decreto de política fiscal del Ministerio de Hacienda, del 6 de enero pasado, en el que el Gobierno estableció nuevas metas de Balance Estructural (BE) para las finanzas públicas, además de mantener en 45% del PIB el nivel prudente de deuda bruta.

En este contexto, el CFA considera que este nuevo decreto reafirma que la política fiscal se guía por una regla dual, compuesta por metas de BE y un nivel prudente de deuda, en línea con lo que recomendó el organismo en 2021, sugerencia que tuvo como objetivo fortalecer la regla fiscal. Sin embargo, en el nuevo decreto el Gobierno fijó una meta de Balance Estructural de -0,5% del PIB para 2026, lo que constituye un déficit mayor al -0,3% del PIB que el Ejecutivo había establecido al inicio de su periodo.

El nuevo decreto considera metas anuales, pero con una modificación para el último año en que le corresponderá elaborar el Presupuesto: -1,9% del PIB en 2024, -1,1% del PIB en 2025 y -0,5% del PIB en 2026. Al respecto, el Consejo remarcó en su informe que recomendó al Ministerio de Hacienda en variadas ocasiones -la primera vez en junio de 2022- que estableciera metas de BE para cada año, y no solo para el inicio y fin de su periodo.

Esto, con el objetivo de reducir la incertidumbre, fortalecer la regla fiscal y facilitar el análisis y rendición de cuentas de la política fiscal. Por ello, el CFA valora que en este nuevo decreto el Ministerio de Hacienda establezca metas para cada año de su administración.

No obstante, considerando que el Gobierno cambió su meta de BE para 2026 de -0,3% del PIB en el decreto anterior a -0,5% del PIB en el nuevo decreto, el Consejo alertó que si esta nueva cifra de déficit se mantiene en los años siguientes, «no garantiza la sostenibilidad de las finanzas públicas, y podría generar que la deuda pública sobrepase su nivel prudente en la próxima década».

En este sentido, el CFA sostiene en su informe que considerando «las mayores tasas de interés reales y menores perspectivas de crecimiento económico, se requiere un mayor esfuerzo en términos de BE para estabilizar la deuda pública. Esto contrasta con el deterioro de 0,2 puntos porcentuales del PIB del BE para 2026».

Asimismo, el Consejo insiste en que no existen espacios para nuevos gastos permanentes en los próximos años si no se aumentan las fuentes de recursos también permanentes, las que pueden provenir de un mayor crecimiento tendencial, nuevos ingresos tributarios, menor evasión o elusión tributaria, reasignaciones o mayor eficiencia del gasto.

Además, el Consejo remarca que para estabilizar la deuda bruta por debajo de su nivel prudente -fijado en 45% del PIB por Hacienda- se requiere, según sus estimaciones, un BE equilibrado, es decir, de 0% del PIB en el mediano y largo plazo. Es decir, que no se mantenga un déficit estructural de 0,5% del PIB desde 2026 en adelante.

Por ello, el CFA recomienda que para el mediano y largo plazo se avance hacia un BE equilibrado. «Incluso con un BE en equilibrio, para que exista una estabilización de la deuda neta se suma el desafío de disminuir los ‘otros requerimientos de capital’, como, por ejemplo, la capitalización de empresas públicas, y reconstruir los activos financieros del Tesoro Público», plantea el Consejo.

Asimismo, el CFA sugiere a Hacienda la realización de un estudio para evaluar los conceptos de activos y pasivos pertinentes a incluir en la regla fiscal y/o en las bases de su decreto de política fiscal, tales como el endeudamiento de las empresas públicas, la deuda con proveedores y los pasivos contingentes.

Finalmente, el Consejo relevó que una regla fiscal, incluso en caso de que sea fortalecida por la eventual aprobación del proyecto de ley que modifica la ley sobre Responsabilidad Fiscal, por sí sola no será suficiente para garantizar la sostenibilidad.

Además, el CFA plantea que se requiere construir un amplio consenso político sobre la relevancia de la sostenibilidad fiscal para la ciudadanía. «Este consenso debe traducirse en fijarse metas exigentes y cumplirlas en la práctica, tanto para el BE como para el nivel prudente de deuda», señaló.

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