La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) emitó una alerta por una «pandemia» de delincuencia transnacional a nivel mundial, generada por el «crecimiento explosivo de la delincuencia organizada internacional».

En el marco de la realización de su Asamblea General en Viena, el organismo instó a todos los países a unirse en una «acción mundial urgente y coordinada».

| «Actualmente nos enfrentamos a una epidemia de delincuencia organizada transnacional que está minando sociedades, comunidades y empresas. Su importancia es tal que se ha convertido en una emergencia para la seguridad mundial», dijo Jürgen Stock, secretario general de Interpol.

En un comunicado previo, la autoridad señaló que la pandemia del COVID-19 y los avances en el campo de la cibernética han «acelerado enormes cambios en la sociedad, y en ninguna parte es esto más cierto que en la delincuencia organizada transnacional».

«Lo que todos los cuerpos policiales saben, pero de lo que el resto del mundo aún no se ha percatado, es que se ha producido una epidemia de delincuencia organizada transnacional y a tal escala que ahora constituye una crisis de seguridad mundial», afirmó.

De acuerdo con el organismo, en todo el mundo los grupos delictivos se están aprovechando de la web oscura y otras herramientas cibernéticas para crear modelos de negocio completamente nuevos. «Están ampliando mercados a escala mundial mientras operan bajo el radar y a menudo sin ser detectados, socavando al mismo tiempo el Estado de derecho y la democracia en esos países», advirtió el secretario general.

«Cada segundo de cada día, personas vulnerables son objeto de estafas románticas, fraudes y pirateo de contraseñas para hacerse con los ahorros de toda una vida», denunció.

La Interpol ha constatado que los grupos internacionales de delincuencia organizada sacan especial provecho cuando los países están en conflicto o pasan por una crisis en sus relaciones, lo que dificulta la cooperación transnacional de los policías, al tiempo que llevan ventaja por haber «superado con creces» la inversión en tecnología de las fuerzas del orden.

Finalmente, Stock anticipó que sin más cooperación y sin dotar a los policías de las herramientas necesarias «ningún país del mundo podrá hacer frente a este reto por sí solo».

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