Un pañuelo rojo alrededor del cuello y un pin de la Asociación Nacional Republicana. En 2017, el presidente de Paraguay de aquel momento, Horacio Cartes (2013-2018), no necesitó más que esas dos insignias para coronar al nuevo ministro de Hacienda, Santiago Peña, como su heredero en el histórico Partido Colorado.

En uno de los pocos países de América Latina sin segunda vuelta electoral, donde los presidentes no pueden ser reelectos, el ingreso en 2015 de Peña al gobierno conservador lo convirtió en una de las caras visibles de la principal fuerza política del país.

El Partido Colorado, que se mantiene en el poder casi de manera ininterrumpida desde 1947, con la excepción de los años de Fernando Lugo y Federico Franco, lo seguirá haciendo por un nuevo mandato.

Peña, economista de 44 años, logró imponerse este domingo con casi el 43% de los votos, con una amplia diferencia sobre la opción del tradicional Partido Liberal Radical Auténtico, Efraín Alegre, candidato por la Concertación Nacional, una coalición amplia que abarca a sectores de la centro derecha hasta de izquierda.

La construcción de un candidato

El día que estrenó su papel como ministro de Hacienda, Peña seguía siendo parte del opositor Partido Liberal. Fue recién en 2017, después de 21 años, cuando pasó a integrar las filas del Partido Colorado.

 

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Peña representa al Partido Colorado, partido casi hegemónico en Paraguay.

Hasta 2015, Peña era un cuerpo extraño en la política nacional. Economista por la Universidad Católica de Asunción, en donde dio clases de Teoría Financiera y Teoría Económica, en 2001 viajó a Estados Unidos para cursar una maestría en Administración Pública en la Universidad de Columbia, Nueva York.

Peña integró en 2009 el equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, donde dirigió el vínculo del organismo con África. «En esos años me generaba un gran impacto el potencial que yo veía para mi país desde afuera», dijo a la prensa antes de las elecciones internas del partido.

Durante una década fue parte del Banco Central del Paraguay, primero en el área de Investigación Económica y luego como director, pero tuvo que esperar a 2015 para empezar a jugar en la política nacional.

«Peña es una persona que se presenta como tecnócrata, un especialista en economía de alto nivel, con estudios en el exterior y credenciales que le dan solidez técnica. La pregunta es si eso puede compensar la falta de capital político», dice a BBC Mundo Magdalena López, doctora en Ciencias Sociales y coordinadora del Grupo de Estudios Sociales sobre Paraguay de la Universidad de Buenos Aires.

«Peña nace del fracaso del proyecto reeleccionista de Cartes», dice a BBC Mundo José Duarte Penayo, doctor en Filosofía e hijo del expresidente colorado Nicanor Duarte Frutos, en referencia al intento frustrado del expresidente en 2017 de modificar la Constitución para habilitar la reelección.

Hace seis años, Peña dijo que sintió que era momento de «bajar a la arena electoral para hacer más» y renunció a Hacienda para postularse como precandidato a presidente de Paraguay en las internas del partido de 2017, elecciones en las que perdió ante Mario Abdo, al que ahora sustituirá en la presidencia.

En 2018, una vez terminado el gobierno de Cartes, Peña tuvo su primera experiencia en el sector privado. Ese año, pasó a integrar el directorio del Banco Basa, propiedad del Grupo Cartes, el conglomerado empresarial del expresidente que, según el propio Peña, representa un 2% del PIB nacional.

Entre sus fortalezas está haber pasado por la gestión y haber tejido con paciencia durante estos últimos cinco años un perfil público de mayor alcance.

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