Mainstream Renewable Power, el segundo mayor actor en generación 100% renovable en Chile después del grupo Enel, anunció este jueves el inicio de un proceso de reorganización judicial de sus operaciones en el país. El procedimiento involucra las deudas ligadas a las sociedades Huemul Energía SpA y Cóndor Energía SpA, las que forman parte de la plataforma eólica y solar Andes Renovables, por un total de 1,4 GW en Chile. En Chile, la compañía cuenta con 2.300 millones de euros en activos.

Los negocios que fueron sometidas a reorganización judicial involucran todos los activos en operación en Chile de Mainstream, que además tiene otros proyectos en construcción y operación. Según una presentación reciente de la controladora de Mainstream Renewable Power, el grupo europeo Aker Horizons, el portafolio de Condor y Huemul suma ocho proyectos en operación, con una capacidad de generación de 1.112 MW.

Cóndor agrupa los parques eólicos Tchamma (157,5 MW), ubicado en Calama; Cerro Tigre (184,8 MW), ubicado en Antofagasta; y Alena (86,2 MW), en Los Ángeles; además del parque fotovoltaico Río Escondido (160,65 MW), emplazado en Tierra Amarilla.

Por su parte, Huemul cuenta con un portafolio de cuatro centrales en operación: los parques eólicos Llanos del Viento (160 MW), ubicado en Antofagasta y Puelche Sur (160 MW), emplazado en Frutillar; y los parques solares Pampa Tigre (103,65 MW), Valle Escondido (107,66 MW), ubicados en Antofagasta y Tierra Amarilla, respectivamente.

Además, Huemul tiene en construcción del parque eólico Ckhúri , ex Ckani, (109 MW), ubicado al norte de Calama. Esa operación vivió esta semana un inédito término anticipado de contrato, luego de que la Comisión Nacional de Energía (CNE) autorizó la medida por razones de fuerza mayor, gatillados por hallazgos arqueológicos.

Bajo el paraguas de Andes Renovables también está el portafolio perteneciente a Copihue, cuyo proyecto Parque eólico Caman (148,5 MW), ubicado en Paillaco, tuvo dos ataques incendiarios, el último de ellos a mediados de junio, y que afectaron a la empresa constructora del proyecto.

Según comunicó la compañía, el proceso “corresponde a una estrategia integral de mitigación con la que la compañía busca la sostenibilidad” de los activos involucrados, tras las pérdidas financieras sufridas, y apuntó a “consecuencia de las actuales distorsiones del mercado eléctrico nacional”.

Además, precisaron que “a través de este proceso la compañía reestructurará los activos, la estructura de capital, renegociará las deudas financieras e inyectará nuevos capitales” a las sociedades involucradas. Los controladores están negociando con inversionistas que deseen sumarse a la propiedad de Mainstream en Chile.

En su comunicado, Mainstream enfatizó que “mantiene su sólido compromiso con el gobierno de Chile y su ambicioso plan de descarbonización, poniendo sus esfuerzos en concretar su cartera de proyectos eólicos y solares”.

Según personas al tanto de la reorganización, las deudas acumuladas por las sociedades suman unos US$ 1.200 millones. La empresa comunicó que la decisión de iniciar las reorganizaciones judiciales fueron activadas “en acuerdo con los bancos financistas”. Los acreedores prefieren que la empresa se mantenga en operaciones, dado el volumen de los dineros involucrados, a que entre en un proceso de liquidación.

La situación de Mainstream no es única el la industria de las empresas renovables en Chile. El año pasado dos empresas -María Elena Solar S.A. e Ibereólica Cabo Los Leones II S.A.- se declararon en insolvencia. Pero las dos empresas sumaban una capacidad de 349 MW, un tercio de lo que significa Mainstream para el sistema.

Los precios pactados de largo plazo por las empresas de energía renovable no permiten financiar adecuadamente los suministros contratados. En el caso de Mainstrean, las ocho unidades acogidas a reorganización judicial tienen contratos a 20 años, con precios de entre US$ 39 y USW$ 43 por MWh.

Proceso de reestructuración

Las dificultades de Mainstream en el país venían generando serias preocupaciones a su controladora, Aker Horizons. En abril de este año la CEO de Mainstream Renewable Power, Mary Anne Quaney, aterrizó en el país para analizar las pérdidas que les generaba al grupo Andes Renovable. En ese entonces, Quaney instruyó a sus abogados, liderados por el estudio Carey y Cía, reestructurar su situación financiera. Por el lado de los acreedores ha perticipado el estudio Morales & Besa.

Hace una semana, en su reporte del segundo trimestre, Aker Horizons señalaba sobre su operación que “la actividad principal se centra en la reestructuración de Chile y el crecimiento de la cartera de proyectos offshore”. Además, apuntaba que, pese a que las condiciones de mercado seguían representando “retos” para la compañía, la estrategia de mitigicación avanzaba positivamente.

“Diálogo constructivo con los prestamistas sobre la reestructuración de la cartera de Andes”, indicó en su presentación la controladora de Mainstream sobre sus desafíos.

Ya desde 2022, en entrevista con Pulso, el jefe de Operaciones (COO) a nivel global de la firma, Bart Doyle, afirmaba que en el país “ha habido un fracaso en la planificación, que se remonta a años atrás”, mientras que su general manager de América Latina de Mainstream, Manuel Tagle, apuntaba a la necesidad de contar con “más infraestructura de transmisión y también la flexibilidad que necesitamos” para incrementar la participación de las renovables en el Sistema Eléctrico Nacional.

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