La radiación cósmica está inscrita en los anillos de los árboles, de ahí que podamos ser capaces de rastrear la historia de las tormentas solares en la Tierra gracias a estas huellas en árboles antiguos. Recientemente, los científicos han descubierto precisamente evidencia de una tormenta solar increíblemente potente que azotó el planeta hace unos 14.300 años, hacia el final de la última Edad de Hielo.

Los antiguos testigos de esta asombrosa tormenta solar son árboles subfósiles de los Alpes franceses que llevan el legado de este evento en sus preciados anillos.

Estudiar las tormentas solares del pasado no es casual. De hecho, el Sol está bastante violento este año y no es habitual en el ciclo de 11 años, ya que aún no debería haber tanta actividad de manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Por ello, los científicos solares se están remontando a los eventos del pasado en aras de comprender un poco más la historia del Sol y si el año que viene podría ser aún más dramática la actividad solar para nosotros.

Estudiando el pasado

La investigación, realizada por expertos del Collège de France, CEREGE, IMBE, la Universidad de Aix-Marseille y la Universidad de Leeds de árboles antiguos encontrados en las orillas erosionadas del río Drouzet, cerca de Gap, en los Alpes del sur de Francia apunta a la tormenta solar más grande jamás identificada. Estos árboles, categorizados como subfósiles -es decir, que son restos cuyo proceso de fosilización no está completo-, mostraban anillos individuales que revelaron un aumento sin precedentes en los niveles de radiocarbono hace precisamente 14.300 años (mucho antes de que existiera una red tecnológica que pudiera alterarse).

“Encontrar una colección así de árboles preservados fue realmente excepcional. Al comparar los anchos de los anillos de los árboles individuales en los múltiples troncos de los árboles, luego juntamos cuidadosamente los árboles separados para crear una línea de tiempo más larga utilizando un método llamado dendrocronología”, aclaró Cécile Miramont de la Universidad de Aix-en-Provence en un comunicado de prensa.

Al comparar este pico de radiocarbono con mediciones de berilio, un elemento químico que se encuentra en los núcleos de hielo de Groenlandia, el equipo propone que el pico fue causado por una tormenta solar masiva que habría expulsado enormes volúmenes de partículas energéticas a la atmósfera de la Tierra.

«Las tormentas solares extremas podrían tener enormes consecuencias en la Tierra», afirmó el profesor Tim Heaton, de la Universidad de Leeds y coautor del estudio que recoge la revista Philosophical Transactions of the Royal Society A Mathematical Physical and Engineering Sciences. “Estas súper tormentas podrían dañar permanentemente los transformadores de nuestras redes eléctricas, lo que provocaría apagones enormes y generalizados que durarían meses.

¿Cuándo tiene lugar una tormenta solar?

Las tormentas solares o geomagnéticas son comunes aquí en la Tierra. Ocurren cuando el Sol entra en erupción en una llamarada colosal o una eyección de masa coronal. Si la erupción se produce en dirección a la Tierra, con seguridad hemos de esperar una enorme afluencia de partículas cargadas golpeando nuestra magnetosfera.

“El radiocarbono se produce constantemente en la atmósfera superior a través de una cadena de reacciones iniciadas por los rayos cósmicos. Recientemente, los científicos han descubierto que los fenómenos solares extremos, incluidas las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal, también pueden crear explosiones de corta duración de partículas energéticas que se conservan como enormes picos en la producción de radiocarbono que se producen en el transcurso de un solo año”, apunta Edouard Bard, profesor de Clima y Evolución de los Océanos en el Collège de France y CEREGE y coautor del estudio.

Como curiosidad, las mediciones instrumentales directas de la actividad solar no comenzaron hasta el siglo XVII con el recuento de las manchas solares. Si una tormenta solar de este calibre tuviera lugar a día de hoy, causaría una destrucción masiva de las redes eléctricas y los sistemas de satélites, lo que generaría un costo económico enorme. Es posible reforzar al menos algunos de nuestros sistemas para que puedan soportar tormentas más grandes, pero es esencial que mitiguemos los riesgos potenciales, dicen los expertos.

“Las tormentas solares extremas podrían tener enormes impactos en la Tierra. Estas súper tormentas podrían dañar permanentemente los transformadores de nuestras redes eléctricas, lo que provocaría apagones enormes y generalizados que durarían meses. También podrían provocar daños permanentes a los satélites de los que todos dependemos para la navegación y las telecomunicaciones, dejándolos inutilizables. También crearían graves riesgos de radiación para los astronautas”, concluyó Heaton.

Original de muyinteresante.es

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