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Salvo en Dortmund, el resto del planeta fútbol menospreció al Borussia. Independiente del resultado final que consagró al Real Madrid, la verdad es que fue un tremendo error

Nadie se atrevió a asegurar que iba a ser un paseo para el campeón de España, pero casi…

Se dijo, por ejemplo que «la historia»; la diferencia abismante en individualidades (¿qué jugador del Dortmund sería titular en el Madrid?, preguntó alguien), experiencia en finales de Champions ( por parte de los alemanes sólo Mats Hummels y Marco Reus jugaron por este mismo equipo en la final de 2013 en el Bayern Munich; Emre Can entró en los últimos instantes en la derrota del Liverpool por 3-1 ante el Real Madrid en Kiev 2018 y Niklas Süle entró en la victoria del Bayern por 1-0 ante el Paris Saint-Germain en Lisboa en la final de 2020. Por los españoles, prácticamente todos), la trayectoria de Carlos Ancelotti (campeón en  las ligas más importantes de Europa y tres finales de Chhampions) contra Edin Terzić (ganador de una Copa de Alemania). Y así por el estilo.

Sin embargo, más que nunca la frase aquella de que «esto es fútbol» quedó de manifiesto en Wembley.

Porque al Borussia Dortmund sólo le faltó el gol en el primer tiempo para haber hecho el partido perfecto.

De partida, ejerció una presión sofocante a contar de la media cancha hacia adelante. Y no dejó jugar al Madrid.

Pero no se conformó con eso.

Porque cuando recuperó la pelota salió con mucha gente y a gran velocidad para crearle problemas de difícil solución a la defensa merengue.

Fue así como tuvo las dos ocasiones más claras del primer tiempo: una llegada libre de Adeyemi que se atolondró en la definición, un remate de Fuellkrug que se dio en el palo y una gran atajada de Courtois a Sabitzer

Por el lado del Madrid, poco y nada.
Vinicius, su mayor carta en ataque, absolutamente absorvido por la marca de Hummels

Tanto que el brasileño, por su impotencia, se fue descontrolando y vio una merecida tarjeta amarilla por entrarle con fuerza desmedida al arquero alemán

Se fue así el primer tiempo con un 0-0 que de por si era una gran sorpresa. Pero que pudo ser mayor, porque el Real Madrid la sacó barata con el empate

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OTRO PARTIDO

Más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Y Carletto Ancelotti cambió el partido en el descanso.

Porque fue otro el Real Madrid que volvió a la cancha. En lo colectivo y en lo individual.

El mejor ejemplo fue Vinicius. Anulado en el primer tiempo, incontrolable en el segundo.

Una extraordinaria jugada suya por la izquierda derivó en un corner en el minuto 72´. Ejecución de Kroos, anticipo de Carvajal y cabezazo a la red para abrir la cuenta.

Era la tercera intentona del experimentado defensa madridista, que junto a Camavinga eran otros de los grandes responsables de la forma como el campeón español fue metiendo al Borussia en su campo.

De ahi en más, siempre estuvo más cerca de caer el segundo gol del Real Madrid que el empate del Borussia Dortmund.

Lo impidió Kobel con tres o cuatro tapadas sensacionales

Hasta que no pudo hacer nada frente a la gran figura del segundo tiempo: Vinicius.

El brasileño lo enfrentó libre, entrando por la izquierda y pese a que le entró medio mordida a la pelota igual se la puso al segundo palo para sentenciar la final de la Champions.

Por lo mismo, al final se dio todo lo que se preveía:«la historia»; la diferencia abismante en individualidades  la trayectoria de Carlo Ancelotti , en fin.

Por eso la final en Wembley se definió de esta manera.

Porque así como al térmio del primer tiempo dijimos a propósito de la gran actuación del Borussia Dortmund, ojo que esto es fútbol.

Hubo algo que se nos olvidó: el fútbol es el Real MadridImagen

/José Pablo Verdugo. Fotos: diario Marca de España