En mayo pasado un equipo de científicos detectó unos misteriosos sonidos de baja frecuencia en la estratosfera terrestre gracias a los instrumentos instalados en sus globos científicos solares. Extraños sonidos como este se detectan habitualmente en nuestro planeta tanto en la atmósfera como en el subsuelo o en el mar y su presencia ha sido documentada desde hace decenas siglos. Sin embargo, a pesar de los numerosos avances tecnológicos y científicos que hemos ido acumulando desde entonces, los investigadores siguen sin tener una explicación sólida y la polémica sobre su origen continúa.

Los sonidos detectados en la estratosfera se repiten varias veces cada hora, según explicaron en su momento los investigadores detrás del descubrimiento, pero su baja frecuencia hace que no se puedan captar por el oído humano. Otros sonidos, sin embargo, podemos oirlos claramente. Según cuentan científicos y testigos que los han escuchado, los sonidos recuerdan a atronadoras trompetas, potentes estallidos o fuertes chirridos metálicos.

El periodista Micah Hanks, redactor jefe y cofundador del medio estadounidense The Debrief, ha recopilado en un artículo varios ejemplos de estos extraños sonidos.

Los booms misteriosos

Los llamados booms misteriosos son los sonidos sin explicar que más repercusión han tenido entre los medios y la comunidad científica. Entre 1977 y 1978 se documentaron más de 600 casos a lo largo de la costa este de EEUU. Los expertos de la época atribuyeron estos estallidos a los diversos tests realizados con aviones y armas que se estaban realizando durante ese tiempo. Otras teorías apuntan a que su origen estaba en los vuelos del Concorde, el famoso avión supersónico de pasajeros que estuvo operativo entre 1976 y 2003.

Sin embargo, estos argumentos no acababan de convencer a los científicos. El Dr. Gordon MacDonald, un investigador que había estudiado la cronología de estos fenómenos, aseguraba que hasta 181 de estos incidentes tenían más probabilidades de deberse a causas naturales posiblemente relacionadas con fenómenos meteorológicos en la parte alta de la atmósfera.

Investigaciones del MIT y del California Institute of Technology (Caltech) estudiaron otra oleada de booms misteriosos que tuvo lugar en el sur de California entre 1991 y 1993. El propósito de su trabajo era comprobar si había correlación entre los sonidos y fenómenos sísmicos que sucedieron en esa misma época. Su conclusión fue que no y el origen más probable de estos boombs eran las operaciones que estaban llevando a cabo en alta mar los aviones militares. Sin embargo, los investigadores fueron incapaces de encontrar una correlación entre la fuente de los sonidos y la actividad militar en la región.

Sonidos de órgano y sirenas subterráneos

El físico estadounidense, William R. Corliss, descubrió en los años 70 un artículo de la revista Edinburgh Philosophical Journal de 1819 en el que se documentaban extraños sonidos que salían de las rocas que había en las orillas del río Orinoco. Estos sonidos se describieron como algo similar a la música que produce un órgano de tubos, pero el artículo no acertaba a dar una explicación a su origen.

En agosto de 1932, una expedición francesa informó de un fenómeno similar en Groenlandia que se acabó llamando «Ton der Dove-Bai». El sonido en este caso se asemejaba al que producen las sirenas que usaban antiguamente los barcos durante la niebla para alertar de la presencia de otras embarcaciones. Ese mismo sonido lo escuchó otro grupo de expedicionarios que aseguró haberlo oído hasta ocho veces en cinco lugares diferentes y a distintas horas del día. Como en los casos anteriores, no sabemos qué provocó esos extraños ruidos subterráneos, pero hay más.

El investigador A. Dauviller contó en un artículo Strange Sounds from Inland Ice, Greenland, publicado en un número de la revista Nature de 1934, que había detectado unos booms misteriosos en el subsuelo que se podían escuchar tanto de día como de noche.

«¿Este sonido vibrante está causado realmente por el desprendimiento de los icebergs o es similar al ‘canto del desierto’, esa extraña nota musical producida por la arena?». escribió Dauviller en su publicación. «De hecho, existe una estrecha analogía entre los campos de nieve seca y pulverulenta de los hielos continentales y los campos de arena del desierto de Arabia».

Los sonidos musicales se llevan documentando desde el siglo II d.C. El filósofo griego Pausanias habló en sus escritos de sonidos que recordaban a tonos musicales o las «olas melodiosas» del mar Egeo. Aunque este tipo de música misteriosa no es solo patrimonio del mar, también se ha escuchado en tierra firme en lugares que van desde la Selva Negra alemana a los Pirineos españoles.

Más sonidos extraños en el mar

El fondo del océano también es el origen de misteriosos sonidos que llevan un más de un siglo sin explicación. Un artículo publicado en la revista Nature en 1870 describe cómo un grupo de pasajeros a bordo de un barco que navegaba por el río Dawei, en Myanmar, escuchó un ruido reverberante parecido al sonido estridente que hacen las cigarras.

«Una noche de luna de 1854, a bordo de un vapor anclado cerca del río Tavoy [antiguo nombre de Dawei] nos sorprendió un ruido extraordinario que parecía proceder de la orilla a un cuarto de milla [0.4 km] de distancia o del agua en esa dirección”, explica uno de los testigos en el artículo de Nature. “Era algo así como el sonido de un telar, pero más estridente y duró quizá cinco o seis segundos, produciendo una sensible conmoción en el oído como el canto penetrante de la cigarra. Esto daba la impresión de que el propio buque temblaba o reverberaba por el sonido”.

La revista Popular Science Monthly informó en 1883 de un sonido similar. Los testigos describen un fuerte zumbido musical que en el momento se atribuyó al movimiento de peces debajo del barco en el que se encontraban.

«El teniente White, de nuestra Armada, relata que, estando en la desembocadura de un río de Camboya en 1824, él y la tripulación de su buque se sorprendieron al oír unos sonidos extraordinarios, como una mezcla del bajo de un órgano, el tañido de campanas, los gritos guturales de una rana y los tonos de un arpa enorme, que escucharon alrededor del fondo de su buque. El intérprete dijo que eran producidos por una especie de peces».

Es muy posible que todos estos sonidos tengan una explicación sencilla que nos ponga cara de tontos cuando nos la expliquen. Pero hasta entonces, buscar las respuestas nos puede llevar a nuevos descubrimientos científicos que nos ayuden a entender mejor cómo funcionan los engranajes que mueven nuestro planeta.

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