Cuando queremos bajar de peso, lo primero que se nos viene a la cabeza es hacer dieta. Y la dieta más sencilla para seguir en casa es la que restringe calorías. Es decir, comer menos o comer alimentos más ligeros, con menos grasas y menos procesados. Aquí entran en juego esos productos etiquetados como bajos en grasa, 0%, light o bajos en azúcares, que pueden ser buenos aliados para controlar las calorías en el día a día.

Pero, como bien indica la doctora María Amaro en un artículo de su blog, estos alimentos de dieta son un arma de doble filo, y nos pueden hacer caer en una trampa donde acabaremos comiendo más. Al tratarse de productos light, tendemos a pensar que son más saludables o que podemos comer más cantidad sin consecuencias, pero la báscula no miente.

Amaro explica que un producto light o bajo en calorías es “cuando el fabricante ha reducido en un 30% su aporte calórico o el contenido de algún nutriente (generalmente grasas o azúcares) en relación con su producto homólogo tradicional o no light”. De esta manera, los productos clásicos relacionados con dietas como yogures bajos en calorías, quesos, galletas o tortitas de arroz pueden acabar haciéndonos engordar, porque tenderemos a comer mayor cantidad.

Alternativas sin calorías

La doctora Amaro recomienda siempre leer las etiquetas de los productos que consumimos, y fijarnos en su aporte calórico si estamos siguiendo una dieta hipocalórica. Para finalizar, recuerda que los únicos alimentos que no aportan calorías son “el agua, las infusiones, las especias y las hierbas aromáticas que podamos utilizar en la elaboración de nuestras comidas”.

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