El diputado Ricardo Cifuentes (DC) ha visto, desde la presidencia de la Cámara de Diputados, un cambio de tono en las últimas semanas: “A pesar del debate político muy intenso que hay hoy sobre cuestiones importantes para Chile, hay muchas diferencias de opinión, pero eso en democracia es legítimo. En septiembre teníamos una actitud casi de odio en la ciudadanía, donde el recuerdo o una conmemoración nos dividía absolutamente; hoy discutimos proyectos de futuro, de problemas de la sociedad chilena debe resolver. A pesar de que el tono puede parecer a veces un poco disociador, lo prefiero al de septiembre. Creo que avanzamos algo y ojalá avanzáramos más en acuerdo, pero bueno: estamos discutiendo las cosas importantes. Aquí se notan las diferentes miradas de la sociedad política a través de sus representantes en el Congreso“.

El diagnóstico lo hizo la mañana de este miércoles, en ADN Hoy, en un momento en que los focos iluminan a Valparaíso, y particularmente al hemiciclo en el Congreso: allí se habla y se vota sobre si portar combustible puede ternubar en penas de cárcel, o si hay usurpaciones violentas o no violentas con el lapsus línguae si correspondiere. Pero pese a todo, el presidente de la testera ha visto, por ejemplo, a la ministra del Interior, Carolina Tohá, y la agenda de seguridad que ha promovido e impulsado, un “rol muy destacado”:

“Es cierto que a veces el cansancio y la tensión que genera el debate hace que la oposición y ella también extreme un poco el argumento, pero creo que ha sido capaz de llevar adelante una agenda de seguridad como no se veía hace muchos años en Chile, independiente de las diferencias que tengamos en materia de proyectos específicos. Ella ha sido capaz de liderar, con todas las dificultades que tiene al interior de sus coaliciones de Gobierno. Aquí es donde se nota y sale con más fuerza la difícil unidad que se genera por las dos alianzas de Gobierno. Hay reacciones, en particular del Partido Comunista que terminan no apoyando proyectos incluso del Ejecutivo“.

Veto presidencial

El viernes pasado, la ministra Tohá confirmó el ingreso de un veto sustitutivo a la Ley de Usurpaciones. El martes, hubo incluso un momento en que la secretaria de Estado tuvo precisó que no participaría “en un griterío”, por los ánimos en la Cámara Baja. Ante eso, el diputado Cifuentes explicó su postura:

“Yo no estoy de acuerdo con la fórmula de veto presentada por el Gobierno (…) Los delitos menores en Chile, ninguno termina con penas de cárcel (…) No digo que todos irán a la cárcel, pero el sentido que tenemos que transmitir es que las penas para delitos violentos tienen que terminar en penas de cárcel (…) Que un juez califique si esto requiere una multa o una pena de cárcel, me parece que es demasiado amplio. Hay que transmitir una sola idea y esa es que todos esos delitos tienen penas de cárcel. En eso tenemos diferencias con el Gobierno”.

En la misma discusión de seguridad, se debatió también sobre el transporte de combustibles. Pero se advirtió un posible veto, lo que podría incluso afectar la democracia, de alguna forma, a ojos del presidente de la Cámara.

“No nos podemos quedar con vetos y vetos y vetos; este es el juego de la democracia y la Cámara de Diputados tiene la facultad de aprobar leyes. No vamos a depender siempre de un presidencialismo exacerbado que utiliza el veto como una forma de torcerle la mano a la voluntad democrática del parlamento”.

Con todo, el diagnóstico de Cifuentes es uno: “El Gobierno está en un zapato chino, porque empezó la discusión de presupuesto ayer (martes) y discutir en paralelo proyectos que generan tanta diferencia, como el veto, el transporte de combustibles y otro, va a generar un ambiente muy polarizado en el Congreso. Eso se nota inmediatamente en la ley de Presupuesto: recordemos que en las comisiones mixtas de Presupuesto todos los ministros y ministras del Gobierno, una cantidad enorme de servicios, subsecretarios, etcétera, y ahí se generan discusiones a veces bien complejas, agitadas, digamos, y en ese ambiente de agitación que estamos viviendo, no es lo mejor. Ahora, si el Gobierno quiere apurar la discusión y terminarla luego, está corriendo el riesgo de que la termine alargando por meses”.

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