“¿En algún momento de tu vida un profesional de la salud te ofreció tratamiento para dejar de fumar?” Es una de las preguntas que hago a los pacientes que llegan a mi consultorio buscando ayuda para tratar la prediabetes, la hipertensión o el síndrome metabólico, cuando me doy cuenta de que fuman.

Les puedo asegurar que más del 50% de ellos me dicen: “No, ni sabía que existían tratamientos”. Esta es una de las cosas que, a pesar de mis años como médico, me sigue sorprendiendo. Otra que me alarma muchísimo es que muy pocas personas, a pesar de fumar por años, no saben exactamente qué daños causa al cuerpo el tabaquismo y qué beneficios tiene dejar de fumar.

En esta columna vamos a hablar de los cambios que experimenta tu cuerpo al dejar el tabaco y de los beneficios que representa para tu salud. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 1 de cada 13 adultos hispanos en Estados Unidos fuma cigarros, un hábito que se ha estimado que es más común entre los hombres que las mujeres y es más popular entre las personas de 45 a 64 años. El consumo de estos productos comerciales a base de tabaco aumenta el riesgo de presentar enfermedades cardíacas y cáncer, dos de las principales causas de muerte en Estados Unidos. De igual manera, incrementa la posibilidad de padecer diabetes tipo 2 en un 30 a 40%.

Los cigarros, aunque se hagan a base de hojas secas del tabaco, contienen sustancias químicas que se le agregan para dar sabor. Según la Sociedad Americana del Cáncer, el humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas, incluyendo al menos 70 químicos que causan cáncer. Algunos de los químicos que se encuentran en el cigarrillo son la nicotina, —responsable de la dependencia al tabaco—, el plomo, el arsénico, el amoniaco, el monóxido de carbono, los hidrocarburos aromáticos policíclicos y la lista continúa.

Hablemos un poco de la nicotina porque es la droga adictiva principal que se encuentra en los cigarrillos y otras formas de tabaco. Es sorprendente descubrir que entre el 80 y el 90% de los fumadores regulares son adictos a esta sustancia.

Pero, ¿cómo te afecta la nicotina? Según explica el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la nicotina impacta rápidamente tu cerebro, liberando adrenalina y generando una sensación placentera y energizante. Sin embargo, esta sensación desaparece rápidamente, dejándote cansado o deprimido y deseando experimentarla nuevamente. Con el tiempo, tu cuerpo desarrolla una alta tolerancia a la nicotina, lo que te lleva a consumir más cigarrillos para obtener el mismo efecto. Este ciclo de altibajos se repite una y otra vez, conduciendo así a la adicción.

Ahora, pasemos a las buenas noticias.

¿Qué le sucede a tu cuerpo cuando dejas de fumar?

La primera fase de dejar de fumar se acompaña de algunos síntomas molestos, los llamados síntomas de abstinencia. Durante esta fase puedes sentirte deprimido o triste, experimentar problemas para conciliar el sueño, presentar irritabilidad y mal humor, así como dificultad para pensar con claridad y concentrarse. Sentir inquietud y nerviosismo son síntomas comunes en esta fase, de igual manera sentir más apetito, aumentar de peso y que el ritmo cardíaco disminuya.

Sin embargo, en cuestión de días o semanas, con la ayuda adecuada, se comenzarán a aliviar estos síntomas y es en ese momento donde tu cuerpo empieza la bonita tarea de regenerarse.

¿Cuándo se empiezan a notar los beneficios de dejar de fumar?

Algunos beneficios son inmediatos. Por ejemplo:

  •  En solo 20 minutos tu presión arterial y pulso se normalizan.
  • Después de 12 horas los niveles de monóxido de carbono en tu sangre bajan considerablemente.
  • De 2 semanas a 3 meses después de dejarlo verás mejoría en la circulación sanguínea y función pulmonar. Podrás subir escaleras más fácilmente. Mis pacientes siempre me dicen que ya pueden jugar con sus hijos o nietos y esto es sumamente bello, pero aún hay más amigos.
  • Después de un año de dejar de fumar, el riesgo de padecer un ataque cardíaco se reduce a la mitad, así como lo oyes.
  • Después de 5 años de dejar de fumar, el riesgo de sufrir de cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga se reduce al 50%.
  • Entre 2 y 5 años después de dejar de fumar, el riesgo de accidente cerebrovascular o embolias como comúnmente se les conoce, puede reducirse al nivel de una persona no fumadora. ¿Increíble, verdad?
  • Después de 10 años de dejar de fumar, el riesgo de muerte por cáncer de pulmón se reduce aproximadamente en un 50% en comparación con el de una persona que sigue fumando.
  • A los 15 años es casi como si no hubieras fumado nunca, al menos que hayas tenido ya problemas pulmonares o cardíacos severos. Pero queridos amigos, eso no es todo.
  • A los 20 años, el riesgo de padecer cáncer de garganta y laringe, boca, y cáncer de páncreas se reduce a casi el de una persona que no fuma.

Cómo mejora tu salud cardiovascular

Al dejar de fumar disminuye el riesgo de enfermar y de morir a causa de enfermedad cardiovascular, según los CDC. Se reducen los marcadores de inflamación y de hipercoagulabilidad. Algo muy interesante es que se reduce el riesgo de enfermar y de morir a causa de un accidente cerebrovascular. Al dejar el tabaco disminuyes el riesgo de presentar un aneurisma aórtico abdominal, y ese riesgo se sigue reduciendo con el pasar del tiempo. Dejar el cigarrillo puede beneficiar incluso a las personas que ya hayan sido diagnosticadas con cardiopatía coronaria, ya que reduce el riesgo de muerte prematura.

Cómo mejora tu salud respiratoria

Si buscas mejorar tu salud respiratoria, el primer paso que debes de dar es eliminar el tabaco de tu vida, explican los CDC. Si ya has sido diagnosticado con la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), dejar de fumar reduciría la progresión de la condición a lo largo del tiempo; así como los síntomas respiratorios (tos, producción de esputo, sibilancias) y las infecciones respiratorias.

Si eres asmático, dejar el cigarro podría reducir los síntomas al mejorar la función pulmonar y los resultados del tratamiento. Es casi casi, como renacer, es obtener un mejor organismo y con mejor funcionamiento. Ya sé que estás pensando: ¡Lo tengo que lograr con fuerza de voluntad! Cierto que la voluntad es crucial, pero como ya vimos al inicio, dejar de fumar no es fácil ya que el cigarrillo crea una dependencia tanto física como psicológica y justo por eso debes de tener paciencia y ser amable contigo mismo, no te castigues ni te sientas culpable si no logras dejar de fumar a la primera.

La mayoría de las personas que intentan dejar el cigarro no lo logran en el primer intento, por lo general necesitan varios intentos antes de que puedan dejarlo definitivamente. La buena noticia es que contamos con varias alternativas de tratamiento médico que pueden ayudarte. Por lo cual mi recomendación sería que no lo hagas solo, si tienes la oportunidad apóyate de un médico. La mayoría de las personas que intentan dejar de fumar por su propia cuenta vuelven a recaer dentro del primer mes, a menudo debido a los síntomas de abstinencia.

Alternativas médicas que te pueden ayudar a dejar de fumar:

Existen muchas clínicas y centros de salud que ofrecen programas para dejar de fumar, además hay médicos psiquiatras e internistas con especialidad en adicciones que pueden ayudarte. Mi recomendación es que te acerques a tu clínica o médico de confianza para que ellos puedan orientarte sobre estas alternativas:

La terapia de reemplazo de nicotina (TRN). Este fue el primer tratamiento para dejar de fumar disponible y aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y es el que tiene más tiempo y ha sido más estudiado en la historia de terapias para la adicción a la nicotina. El objetivo de la TRN es reemplazar, temporalmente, la nicotina de los cigarrillos y reducir la motivación para fumar y los síntomas de abstinencia, facilitando así la transición del tabaquismo a la abstinencia.

Esta terapia proporciona la nicotina, en forma de goma de mascar (chicles), parches, rociadores nasales (spray), inhaladores o pastillas de nicotina para chupar (grageas o losanges de nicotina), sin los otros químicos dañinos del tabaco.

Múltiples estudios han demostrado que el uso de dos tratamientos de reemplazo de nicotina a la misma vez puede ayudar a que se deje de fumar con más éxito que con uno solo. Debido a que la terapia de reemplazo de nicotina trata únicamente la dependencia física, no se espera que sea la única cosa que se use para ayudarse a dejar de fumar. Se necesitan otros métodos que ayuden con la parte psicológica.

La terapia cognitivo-conductual (TCC). Es una forma de terapia psicológica que se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento que pueden contribuir a los problemas de salud mental y física. En el caso de la adicción al tabaco, la TCC puede ayudar a las personas a identificar y cambiar las creencias y comportamientos que los hacen seguir fumando, a manejar los síntomas de abstinencia y a prevenir las recaídas. Lo mejor de esto es que no trae efectos secundarios, a poco no es una maravilla.

Medicamentos. Ciertos medicamentos recetados pueden ayudar en el proceso de dejar el tabaco, estos no contienen nicotina y no crean hábitos. Por ejemplo, la vareniclina (Chantix), la cual reduce los antojos de la nicotina y los síntomas de abstinencia. Este medicamento trabaja de manera única en el cerebro, actúa como un imitador de la nicotina, engañando al cerebro para que piense que está recibiendo nicotina y así disminuya su necesidad.

El bupropión (Zyban) es una píldora que también se receta ya que puede ayudar a disminuir las ansias de fumar, aunque no es clara la forma en la que lo hace. También se utiliza para tratar la depresión y está contraindicado para personas que padecen convulsiones, insuficiencia renal, enfermedad bipolar o maníaco-depresiva o un traumatismo craneal serio.

Otros medicamentos que se recetan antes de suspender el consumo de tabaco son la clonidina, que normalmente se usa para tratar la hipertensión arterial, y la nortriptilina que es otro antidepresivo. Sin embargo, como todo medicamento, estos pueden tener efectos secundarios y contraindicaciones por eso es muy importante acudir a una consulta médica para recibir una valoración.

¿Eres mayor de 50? ¿Fumas hace 20 años? Independientemente de tu edad o del tiempo que hayas fumado, dejar de hacerlo va a mejorar tu salud significativamente y va a añadir años a tu vida; respirarás mejor, tendrás más energías, mejorarán tus sentidos del gusto y el olfato y estarás dando un ejemplo a tus hijos y nietos. Queridos amigos, ahora ya tienen suficiente información para juntos crear una sociedad más saludable y libre de tabaco.

*El Dr. Mauricio González, con práctica en Nueva York, es un médico con triple certificación en Medicina Interna, Medicina de Emergencia y Medicina para la Obesidad. Dr. Mau, como se le conoce afectuosamente, tiene como misión principal, a través de las redes sociales, hacer que el conocimiento científico y médico sea accesible y fácil de entender para todos.

*Este artículo fue publicado originalmente en AARP, una organización sin fines de lucro dedicada a mejorar la calidad de vida y la salud de las personas mayores de 50 años.

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