A fines de octubre pasado el Banco Central frenó el ritmo en la magnitud de las reducciones de la Tasa de Política Monetaria (TPM) y la recortó en 50 puntos bases (pb), llevándola hasta 9%. En esa ocasión argumentó que el escenario internacional mostraba un deterioro de las condiciones financieras, combinándose factores reales, financieros y riesgos geopolíticos.

El instituto emisor resaltó que “en el ámbito externo, la principal noticia ha sido el estrechamiento y volatilidad de las condiciones financieras globales. Esto, asociado, entre otros factores, al dinámico desempeño de la economía de Estados Unidos -con sus consecuencias para la evolución futura de su inflación- y un escenario de incipientes dudas sobre la evolución fiscal en esa economía. A esto se ha sumado la incertidumbre vinculada a las condiciones geopolíticas”.

Sin embargo, luego de esa reunión se conocieron dos datos que comenzaron a reconfigurar el escenario. El primero fue el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del décimo mes del año en Chile, que sorprendió a la baja al registrar una variación de 0,4%, ya que se esperaba hasta 0,6%. Esto llevó a que la inflación anual continuara su descenso, pasando de 5,1% a 5%, mientras entre enero y octubre los precios acumulan un avance de 3,7%

El segundo también fue el IPC de octubre, pero en Estados Unidos, que no registró variación, ubicándose por debajo de lo previsto por el mercado. Las encuestas anticipaban un alza de 0,1% en el décimo mes y aunque la diferencia con el dato definitivo fue poca, las implicancias son mayúsculas, ya que el mercado leyó que dicho control inflacionario significará que la Reserva Federal ponga fin a su ciclo de alza de tasas.

Como consecuencia de lo anterior, el dólar a nivel local se ha derrumbado en las días recientes y ya se ubica muy cerca de los $880.

Ante ello, en la última Encuesta de Operadores Financieros (EOF) que publicó el Banco Central este jueves, se observó un cambio importante en las expectativas de inflación, que da cuenta de cómo estas han cedido, lo que vino a acrecentar la apuesta del mercado financiero de que el instituto emisor reacelere en su reunión de diciembre la disminución de la tasa de interés.

Según el sondeo, las previsiones de inflación para los próximos 12 meses se sitúan bajo 3% (2,9%); el mismo nivel se prevé a 24 meses plazo. Este último plazo es fundamental para el manejo monetario del Banco Central, ya que de acuerdo a su política, ese lapso es el que el BC mira para tomar sus decisiones de tasa de interés, considerando que la meta que tiene el ente rector para la inflación es 3%. Este nivel de expectativas para 12 y 24 meses es la más baja desde noviembre de 2019.

Para el corto plazo, las previsiones de IPC muestran un registro de 0,2% para noviembre y de 0% para diciembre. De concretarse tales expectativas, el cierre 2023 de la inflación sería de 4%.

La visión de los economistas

Todo este cuadro comenzó a pavimentar la visión de que los nuevos recortes serán más agresivos que la baja de 50 pb. de octubre.

Así, ahora, en su mayoría los consultados esperan que el Banco Central aplique un recorte de entre 75 y 100 pb., llevando la tasa hasta en 8%, pero con esta última opción tomando más fuerza. Si bien algunos tienen como escenario base un recorte de 75 pb., mantienen un sesgo de que el ajuste sea de hasta 100 pb. En ese sentido, precisan que la magnitud exacta se podrá calibrar mejor luego de conocer el IPC de noviembre.

Francisca Pérez, economista principal de Bci, sostiene que “el espacio para la reducción existe. El rango en diciembre es entre 75-100 puntos base, pero bajar 100 puntos sería una señal muy fuerte de que la decisión de octubre fue equivocada. Dicho esto, creo que disminuirá 75 puntos base, aunque podría ser que lo correcto sean 100 puntos base”.

César Guzmán, gerente de Macroeconomía de Grupo Security, asevera que “desde el punto de vista de la conducción de la política monetaria es una buena noticia que las expectativas vuelvan a converger a la meta de 3%, considerando que desde fines de 2021 hasta principios de 2023 se ubicaron muy por sobre la meta”. En ese sentido, señala que “nuestra expectativa es que la autoridad monetaria retome los recortes más agresivos, nos inclinamos por 100 puntos base, principalmente por la moderación que ha tenido la inflación subyacente, la cual ha sido más rápida de lo que tenía contemplado el Ipom de septiembre y la caída del tipo de cambio”.

Misma visión tiene el economista de LyD, Tomás Flores. “La baja del tipo de cambio, así como el escenario internacional más débil, generan las condiciones para una reducción de, al menos, 100 puntos base”.

Arturo Claro, economista de Econsult, argumenta que “esperamos una baja de al menos 75 puntos base, aunque cada vez hay más probabilidad de una reducción de 100 puntos base”.

Por su parte, desde Santander indican que “las menores tensiones globales y la constatación de que la reducción de la inflación va bien encaminada daría espacio para retomar recortes más agresivos, de al menos 75 puntos base. Así, estimamos que la TPM cerraría el año entre 8% y 8,25%”.

Estiman que “la normalización monetaria continuará con reducciones relevantes durante la primera parte de 2024, en línea con la convergencia inflacionaria, hasta llegar a una tasa en torno a 5,5%. Una vez en esos niveles, las disminuciones adicionales serán condicional a la evolución del escenario externo y, en particular, al inicio del proceso de ajustes de tasas por parte de la Fed”.

Una visión algo más cauta expresa Carolina Molinare, economista del OCEC-UDP: “Si bien ya tenemos un escenario consolidado de disminución de la inflación anual, incluso en el componente subyacente y expectativas en torno al 3%, el contexto internacional todavía suma una cuota de incertidumbre en cuanto a las condiciones geopolíticas, mostrando un deterioro en los mercados y un tipo de cambio que continúa depreciado”. De esta forma, puntualiza que “si bien es pertinente reactivar la actividad económica, el objetivo del central es que el proceso inflacionario no se distorsione, por lo tanto, es de esperar que (el BC) mantenga su carácter cauto en cuanto a la disminución de la tasa de interés”.

En tanto, Sebastián Piña, analista económico de BTG Pactual Chile, condiciona que “el BC podría bajar 75 pb. en diciembre siempre y cuando el escenario internacional lo permita”.

Ya más conservador está Felipe Alarcón, economista asesor de Euroamerica, quien considera que hay un poco de sobrerreacción del mercado. “El mercado local sobrerreacciona respecto a la inflación esperada a futuro. En lo último ha habido mucha volatilidad en ese tipo de indicadores y creo que el BC debiese reaccionar con prudencia, por lo que un recorte de TPM muy potente podría ser contraproducente respecto a lo que acaba de hacer en la reunión de octubre”. Por ello, afirma que “la decisión debiese estar nuevamente entre 50 y 75 pb., dependiente además si se despeja definitivamente el camino para que la Fed d{e por finalizado su ciclo restrictivo de tasas, más allá de que habrá que esperar un buen tiempo antes de ver un recorte de ella en ese país”.

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