El tiempo pasa rápidamente, y en general la memoria se va perdiendo con el paso de los años, sin embargo, no se puede ocultar, cosas ocurridas, y para eso está el whatsApp, las investigaciones serias y todo sale a la luz pública, por mucho que se pretenda bajar el perfil.

Un estudio que se dedicó a analizar las pensiones entregadas a quienes participaron del estallido social, determinó, después que este resultado fue entregado a la cámara de diputados, que, las 418 pensiones otorgadas, por todos conocidas, asciende a un costo de  $ 2.333.000.000 desde que se otorgaron hasta septiembre de este año. Entre ellos 40 pensiones con antecedentes penales. Pensiones vitalicias con montos superiores al promedio de un trabajador en nuestro país.

Esta situación, nos llama a reflexionar y darnos cuenta que tal vez, ya no es necesario tener un trabajo honesto y sacrificado, no se requiere “romperse el lomo” para obtener pensión para toda la vida, y que por tirar piedras, bombas molotov, quemar iglesias, saquear supermercados, agredir físicamente a Carabineros, saltarse el torniquete metro y luego quemar transporte público, y todo por $30, se recibe compensación por el estado, con el auspicio de todos los contribuyentes que pagamos impuestos.

Este es el incentivo a los delincuentes, que se ven protegidos, no sólo por quienes gobiernan hoy y que antes fueron diputados se opusieron a leyes que permitirían proteger al ciudadano común y corriente, sino que también, las instituciones que están para sancionar delitos y que simplemente son permeadas, o sobornadas para no hacer su trabajo.

Cuando se dice que no se puede aumentar la PGU a $ 250.000 poque No hay recursos y se deben aumentar los impuestos, es reírse de todos nosotros, es burlarse de los adultos mayores, que han trabajado toda la vida, y se los castiga postergando una reforma previsional, que sólo fue utilizada para llegar al poder, con el slogan de “lo vamos a cambiar todo” han demostrado que tienen mucha habilidad para apoderarse de dineros públicos, y llenarnos de delincuencia como nunca se ha visto desde la vuelta de la democracia, y que ésta se pone en duda cuando nos cobran más impuestos por una protección y seguridad que no se entrega, porque no están capacitados para ello.

Margot Guerrero Bruner

Asesora Previsional

Corredor de Seguros

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