Este año la economía chilena podría mostrar un nulo crecimiento de acuerdo con las últimas cifras de actividad económica. Qué ha pasado que en la última década con quien fuera considerado el jaguar de América que ha disminuido el ritmo de crecimiento y deteriorando sus indicadores macroeconómicos.

Qué sucedió. El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) mostró un alza de 0,3% en el décimo mes del año, lo que, como señaló este viernes el vicepresidente del Banco Central, Pablo García, podría llevar a que la economía chilena termine cerca de 0% de crecimiento durante 2023. Y las perspectivas para 2024 no son mucho mejores. La mediana de la Encuesta de Expectativas Económicas, que realiza el instituto emisor, proyectó que se crecerá en torno a 1,7% el próximo año.

  • Con ello, la economía chilena da cuenta de que está estancada y que cada vez queda atrás el jaguar latinoamericano que logró en una década mejorar el ingreso de sus habitantes y bajar extraordinariamente las tasas de pobreza.
  • El académico de la UDD y ex economista jefe de la OCDE, Klaus Schmidt-Hebbel, en un seminario de KPMG, le preguntó a los economistas Sebastián Edwards y Andrea Tokman, que estaban en el panel, ¿cuándo fue que la economía chilena se jodió? Breve silencio y su respuesta no tardó: “en el segundo gobierno de Michelle Bachelet”.
  • Pero desde el otro lado, Edwards le contestó diciendo que ese punto lo marca el término del binominal, porque era lo que permitía que los políticos lograran acuerdos.
  • Tokman apuntó a que un buen indicador era mirar el PIB per cápita relativo de Chile respecto a sus países referenciales que eran Portugal y Estados Unidos. Y ahí el peak fue en 2012-2013.
  • Lo claro es que el punto de partida es debatible. Pero lo concreto es que, desde hace una década, la economía chilena viene mostrando signos de debilitamiento en materia de crecimiento que se agravaron desde 2019 con el estallido social y luego la pandemia.
  • En la última década, Chile se ha visto enfrentado a sucesivas reformas tributarias, a la permisología, y aumentos en la inseguridad que han afectado directamente a la inversión, que es el punto central para crecer. “Falta realismo de los gobiernos y hacer proyectos que sean directos para atacar lo que se necesita y no proyectos refundacionales en que no tendrán el apoyo”, dice Hermann González, Coordinador Macroeconómico de Clapes UC.
  • González asegura que “no lo hemos hecho bien como país y se está llevando a la economía a que esté parada”
  • Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, plantea que los países que avanzan hacia el desarrollo, alcanzando un nivel de ingreso que permite satisfacer necesidades básicas, arriesgan caer en lo que se conoce como la trampa del ingreso medio. “En eso precisamente caímos”, explica.
  • Agrega que en esta etapa existen presiones por permitir una mayor calidad y acceso a servicios, lo cual está bien, pero viene junto con presiones políticas, mayor tensión social, miradas de corto plazo y menor responsabilidad fiscal. “Eso lleva a diseños de políticas mal planteadas, pérdida de incentivos para la inversión, rigideces en la economía. Esto lleva a menor productividad y crecimiento, que profundiza los problemas y termina limitando el desarrollo”, sostiene.
  • Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock, manifiesta que “todavía uno puede decir que no se ha jodido del todo”. Pero si de hablar del estancamiento en que está Chile sostiene que pasa por la inversión. “La caída de la inversión, que tiene múltiples razones, que pasan desde la permisología, la incertidumbre política, la reforma tributaria, entre otras. Y es importante porque la caída de inversión es una señal de alarma respecto a que el crecimiento futuro va a ser más bajo”, señala.

Qué nos dicen los indicadores

Percepción de los chilenos. Los chilenos han ido percibiendo el cambio el escenario económico. De acuerdo con la encuesta de la Cep, la percepción de “progreso” se quiebra en octubre de 2013, es decir en el primer gobierno de Sebastián Piñera, cayendo rápidamente sin poder recuperarse más en los período siguiente. Por el contrario, la sensación de estar “estancado” se dispara al alza liderando como sensación en todo el resto del período. Y con una sensación de “decadencia” que comienza a subir en julio de 2014 cuando ya había asumido Michelle Bachelet en su segundo mandato.

Los esfuerzos por alcanzar a Portugal. En su primera cuenta pública, en marzo de 2000, el entonces Presidente Ricardo Lagos lanzó siete reformas para alcanzar el desarrollo en 2010. A comienzos del 2000, Chile tenía un PIB per cápita en torno a los US$ 11.000 medido por paridad de poder de compra, y se miraba a Corea de Sur, que con un ingreso per cápita cercano a los US$ 16.000 era el país rico con menor ingreso.

  • En el primer gobierno de Michelle Bachelet, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, planteó que a 2020 tendríamos un nivel de desarrollo similar al de Portugal. A esa fecha, Chile tenía un PIB per cápita de unos US$ 13.000 y aspiraba a los US$ 18.000.
  • Iba bien encaminado Chile. En 1990 el PIB chileno era equivalente a 38% del de Portugal. Chile creció y fue un ejemplo mundial en la década de los noventa, al punto que en 2012 ya había llegado al 82% del ingreso de Portugal. Estaba a un paso, pero a pesar de que el Presidente Sebastián Piñera lanzaba su agenda “Chile, país desarrollado, más oportunidades y mejores empleos”, con 50 medidas para potenciar la economía, el impulso se terminó y en 2022 estamos retrocedido hasta el 73%.

Mercado menos profundo. Pablo García, en un seminario de CFA Society Chile, advierte la debilidad y falta de liquidez que hoy tiene el mercado financiero chileno. "Hoy los activos de los fondos de pensiones llegan a un 55% del PIB cuando hace unos años llegaban al 80%. Y ahí están los retiros" dijo, agregando que "la liquidez retrocedió en una década o más". La liquidez es la facilidad y velocidad con la que se compra o vende un activo de manera de que el precio no muestre fuertes cambios.

  • "Y la menor profundidad del mercado de capitales reduce la capacidad de amortiguar shocks externos y la volatilidad global" dice García.

Sin inversión no hay crecimiento. Si en la década 2000-2009 la tasa de crecimiento de la inversión fue cercana al 9%, en la década siguiente (2010-2020) se desplomó a un 4%. Esta abrupta baja –junto a una productividad estancada y una severa incapacidad política para avanzar en reformas estructurales es parte de las razones de un bajo crecimiento. Y en un sector clave como la construcción el deterioro ha sido peor.

Estamos más endeudados. Luego de ser acreedor del mundo al considerar los fondos soberanos y el bajo endeudamiento, la deuda pública se ha ido incrementado fuertemente desde 2007. Por el solo gasto en intereses el país debe pagar US$ 17 mi millones. Las proyecciones de Hacienda son que la deuda se estabilice en 41% del PIB.

Y tenemos menos ahorros. La crisis subprime y la pandemia dejó a Chile sin recursos para enfrentar nuevas crisis. El Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), creado para financiar déficits fiscales que pueden generarse en períodos de bajo crecimiento, acumula recursos por US$ 5.688 millones a octubre, por sobre el piso de US$ 2.464 millones que tocaron en octubre de 2021, pero muy lejos del máximo de diciembre de 2008, cuando llegó a US$ 20.211 millones.

Y nos castigan en la clasificación de riesgo. En la última década, Chile ha tenido dos bajas en la clasificación de riesgo por parte de las agencias clasificadoras. En general, la reputación financiera de los países se refleja en la clasificación crediticia de agencias internacionales como Moody's, Fitch, Standard and Poor's y otras. Esas entidades le han bajado la nota a Chile dado su aumento del déficit fiscal, alza en su deuda y ahora último han advertido que podría seguir cayendo debido a la falta de consensos políticos en los cambios que requiere la economía.

  • Actualmente, en todo caso, los ratings de Chile son de grado de inversión: A1 (Moody's), A- (Fitch) y A (S&P).

Original de ex-ante.cl

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