Un nuevo diagnóstico de la economía chilena y las perspectivas que espera para el próximo año entregó este miércoles el Banco Central. Para el corto plazo, el Informe de Política Monetaria (Ipom) de diciembre el instituto emisor prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) de este año cerrará en 0%, en septiembre tenía un rango entre -0,5% y 0%.

Para la inflación, espera que termine este año en 4,5% subiendo en relación al 4,3% previsto en el informe de septiembre.

Ahora para 2024, el escenario que describe el ente rector es que “en líneas generales, la economía local ha evolucionado acorde con lo previsto en el IPoM de septiembre. La inflación ha seguido retrocediendo en el marco de la resolución de los desbalances macroeconómicos, que incluyen el cierre de la brecha de actividad, la normalización de la demanda agregada y el alivio de los shocks de costos de años anteriores”.

Por lo mismo mantuvo la proyección en un rango entre 1,25 – 2,25%. Para la inflación, en tanto, la ajustó levemente de 3% a 2,9%.

De acuerdo a la descripción del Banco Central, la inflación “ha seguido disminuyendo y se encamina a alcanzar la meta de 3% en la segunda mitad de 2024. A noviembre, las variaciones anuales del IPC total y subyacente se ubicaron en 4,8 y 6,0%, respectivamente. La parte subyacente ha liderado el descenso de la inflación total en los últimos meses, en especial su componente de bienes”.

Asimismo, menciona que “algunos ítems volátiles han mostrado una inflación anual algo mayor que la observada hasta el Ipom previo, como los combustibles y algunos alimentos. Los volátiles, además, explicaron gran parte de la elevada variación mensual del IPC en noviembre. En paralelo, las expectativas de inflación a dos años se encuentran en 3% y las distintas medidas muestran una convergencia a la meta más temprana que en el último Ipom”.

Destaca que el descenso de la inflación desde sus máximos de 2022 se ha dado en un contexto de paulatina resolución de los desequilibrios macroeconómicos. “La moderación del gasto y el cierre de la brecha de actividad —que se habría completado durante el tercer trimestre— han permitido mitigar las presiones inflacionarias provenientes de una economía que por largo tiempo estuvo creciendo por sobre su capacidad”.

En su análisis dice que “el proceso de convergencia inflacionaria también ha estado apoyado por la disipación de los shocks de costos de años previos. Esto considera la resolución de los problemas logísticos que ocasionó la pandemia, así como la reversión del significativo incremento de los precios de las materias primas y alimentos que produjo la guerra en Ucrania. Se agrega el impacto de la apreciación del tipo de cambio real (TCR) tras los máximos que alcanzó a mediados de 2022, que se ha dado en paralelo a una reducción de los índices de incertidumbre local”.

En cuanto al crecimiento, el BC menciona que “para 2023, se anticipa un crecimiento nulo del PIB. Además de la revisión al alza de las cifras de los tres primeros trimestres de 2023, la estimación considera perspectivas algo más favorables para el cierre del año en el PIB no minero, dada la incipiente mejora de los datos sectoriales —como en el comercio o la industria”.

Para 2024 y 2025, los rangos de crecimiento del PIB se mantienen en 1,25-2,25% y 2-3%, respectivamente. En esta proyección, el PIB no minero seguirá mostrando variaciones trimestrales positivas, para ir acercándose paulatinamente a tasas acordes con su crecimiento de tendencia. La actividad minera tendrá un aporte importante a la expansión de la economía en 2024, a lo que contribuye la reciente entrada en operación de nuevas faenas y el desarrollo de otros minerales.

Sobre el escenario externo, el Banco Central dice que “la economía chilena se verá favorecida por un mayor crecimiento esperado de los socios comerciales en el corto plazo”. Por lo mismo, se estima que este promediará 3,1% entre 2023 y 2024 (2,7% en septiembre).

Por un lado, argumentan que “esto se explica por las mejores proyecciones para Estados Unidos, en base principalmente a la fortaleza del consumo. Por otro, está el mayor impulso que darán las medidas fiscales en China, que de todos modos mantendrá tasas de expansión por debajo de sus promedios históricos”.

Además, para el Central el precio del cobre previsto para los próximos dos años se mantendrá en torno a US$3,8 la libra, lo que explica gran parte de la corrección al alza de los términos de intercambio.

En cuanto a la Tasa de Política Monetaria, (TPM) cumula una baja de 300 puntos base desde julio y se ubica en 8,25%. “El Consejo considera que, en línea con el escenario central de este Ipom, la convergencia de la inflación a la meta requerirá nuevos recortes de la TPM. Su magnitud y temporalidad tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación”.

De esta manera, dice que “el Consejo reafirma su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran”.

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