Más allá del Sistema Solar, incluso más allá de la Vía Láctea, existen cientos de exoplanetas que el ser humano ya ha descubierto, donde la vida es posible que se haya abierto paso, pero sobre la que nosotros únicamente podamos especular. Ahora, gracias a una nueva investigación, intentamos poner sobre la mesa los motivos por los que aún no parece que hayamos sido contactados.

Civilizaciones atrapadas en sus planetas de origen

Elio Quiroga Rodríguez, profesor de la Universidad del Atlántico Medio, ha publicado un artículo en el medio Journal of the British Interplanetary Society en el que explora la idea de que quizás no tenemos evidencias de visitas de civilizaciones procedentes de otros planetas, debido a que éstas se encuentran bajo la influencia de circunstancias que aún no acabamos de comprender.

Digamos que el planteamiento de Elio se apoya en la famosa ecuación de Drake, que estima la cantidad de civilizaciones en nuestra galaxia que son susceptibles de poseer emisiones de radio detectables. Este profesor coquetea con diversas teorías que podrían explicar el motivo por el que no detectamos civilizaciones avanzadas.

El primer motivo por el que no estaríamos detectando civilizaciones extraterrestres vendría dado por su incapacidad de abandonar su planeta. La explicación de Elio Quiroga es mucho más compleja, pero podría resumirse en que la velocidad de escape de un exoplaneta de decenas de veces la masa de la Tierra impediría que sus habitantes pudiesen dejar atrás su hogar para adentrarse en el espacio exterior.

De la misma manera, la reentrada al planeta, en caso de que éste tuviese una masa enorme, también supondría una dificultad añadida para los posibles astronautas de mundos tan lejanos que aún no somos capaces de detectarlos desde la Tierra.

El otro gran concepto que maneja el artículo es el denominado ‘mundo pecera’, quizás ya dentro de teorías propias de la ciencia ficción. Elio elucubra acerca de un planeta oceánico donde sus habitantes se comunican sin necesidad de dispositivos tecnológicos, lo que les ha llevado a no innovar en este campo. Es por ello que la ecuación de Drake no los tendría en cuenta y pasarían desapercibidos para nuestros lejanos ojos.

Además, otros factores podrían mantener a civilizaciones extraterrestres en sus planetas de origen. Por ejemplo, un mundo siempre cubierto de nubes no conocería la existencia de las estrellas y no invitaría a sus habitantes a preguntarse su origen. De la misma manera, un planeta dentro de un sistema binario nunca vería la noche, con lo que nunca tendría la posibilidad de, otra vez, alcanzar a ver las estrellas.

Es por ello que buscar mundos habitados, simplemente por la capacidad tecnológica y de comunicación de sus civilizaciones parece limitar demasiado la búsqueda. Aún no conocemos otros seres inteligentes en el cosmos, quizás nunca lo hagamos, pero es que quizás no sepamos todavía como detectarlos.

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