La atracción gravitacional de Marte tiene un papel decisivo en el calentamiento del clima de la Tierra, afirma un nuevo estudio publicado ayer en Nature. La investigación describe cómo las interacciones gravitacionales entre la Tierra y Marte se correlacionan con cambios significativos en las corrientes de aguas profundas de la Tierra, provocando un ciclo de calentamiento que dura 2,4 millones de años.

Estos períodos, denominados el «gran ciclo astronómico», modifican la fuerza de las corrientes oceánicas, lo que lleva a la erosión de los sedimentos en el fondo oceánico durante las fases más fuertes del fenómeno. Esto ha ofrecido a los científicos un registro de datos que, analizado junto a otros patrones, muestran un patrón claro.

Según Dietmar Müller, profesor de geofísica en la Universidad de Sydney y coautor del estudio, «los campos de gravedad de los planetas en el sistema solar interfieren entre sí y esta interacción, llamada resonancia, cambia la excentricidad planetaria». El efecto es que la Tierra se acerca al Sol lo suficiente como para aumentar la exposición a la radiación solar y, en consecuencia, calentar el clima.

Los sedimentos indican grandes cambios

Para identificar estos patrones, los investigadores utilizaron satélites para mapear la acumulación de sedimentos en el fondo oceánico durante largos períodos de tiempo. Observaron interrupciones en la acumulación de sedimentos que se alineaban con estos ciclos astronómicos. Estos datos indican el aumento de las corrientes oceánicas impulsadas por condiciones más cálidas como resultado de la atracción gravitacional de Marte.

Adriana Dutkiewicz, autora principal del estudio y experta en sedimentología de la Universidad de Sydney, afirma que los efectos del calentamiento atribuidos a Marte pueden tener un papel fundamental en el mantenimiento del vigor de las corrientes oceánicas, particularmente frente a las posibles disminuciones debidas al calentamiento global.

El estudio afirma que estos efectos no están relacionados con el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero producidos por el ser humano pero, según los investigadores, los hallazgos indican el potencial de la influencia gravitacional de Marte para apoyar periódicamente el mantenimiento de las corrientes oceánicas. Este impulso tiene el potencial de mitigar los efectos del calentamiento global en las corrientes de aguas profundas.

Factores en un enorme rompecabezas

Lo que está claro es que la investigación ofrece un nuevo mecanismo a tomar en cuenta para estudiar el cambio del clima a diferentes escalas, mostrando como la mecánica orbital celeste influye en el sistema climático de la Tierra.

Esta interacción entre la Tierra y Marte se añade a una exploración científica más amplia sobre cómo las órbitas planetarias pueden influir en los sistemas climáticos terrestres. El mecanismo detallado en el estudio y la resonancia entre los campos de gravedad planetarios que afectan a la excentricidad orbital de la Tierra no es el primero. Otro estudio publicado en Nature en 2019 documenta ciclos y eventos climáticos similares en los últimos 115 millones de años. Según el científico Shia Boulila, podemos identificar diferentes ciclos que oscilan entre los nueve y los 36 millones de años, atribuibles a factores astronómicos y tectónicos.

El vínculo entre la Tierra y otros planetas indicado por Boulila es crucial para comprender el clima de nuestro planeta a escala geológica. La combinación de estos dos estudios muestra un tapiz todavía incompleto sobre cómo la temperatura y estado de la Tierra están influenciados por factores internos como externos. Por eso es necesario ahondar más en la investigación multidisciplinar para poder desentrañar los complejos mecanismos que gobiernan el sistema climático terrestre.

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