Las declaraciones del senador del PC, Daniel Núñez, llamando al gobierno a convocar a «la presión social de la ciudadanía para sacar adelante las reformas», abrió un fuerte debate en el oficialismo y el mundo político.

Esto, reabrió el debate por las credenciales democráticas del Partido Comunista, justo en medio de las negociaciones para que ese partido intente llegar a la presidencia de la Cámara de Diputados.

Negativo escenario

En medio de estas tratativas, las declaraciones de Núñez fueron incluso reforzadas por el presidente del partido, Lautaro Carmona, quien aseguró que este «es un planteamiento histórico del PC”.

En el oficialismo reconocen que este debate y los dichos del PC pusieron definitivamente en jaque la posibilidad de que la diputada Karol Cariola, principal carta comunista, llegue a la presidencia de la Cámara.

En el oficialismo y el propio gobierno habían estado siguiendo de cerca este tema y analizando escenarios, dado que no cuentan con los votos, algo que se habría agudizado esta semana tras los dichos de Núñez.

En el oficialismo señalan, incluso, que tras los dichos del senador del PC, el PDG endureció su postura de que se debe respetar que la presidencia de la Cámara le corresponde a ellos.

«Nosotros no vamos a votar por el PC, nuestros votos no están para el PC», señaló a El Líbero el jefe de bancada de ese partido, Rubén Oyarzo, agregando que «nosotros creemos que el PC le hace un flaco favor al gobierno con estas declaraciones».

En los partidos del oficialismo ya adelantan un escenario complejo. «Lo que el gobierno necesita para avanzar en su reforma es generar buenos acuerdos políticos y proyectos con sentido de realidad y obviamente que las declaraciones del senador Núñez, y que han dado otros militantes del PC, les complejiza a ellos mismos la elección en la mesa de la Cámara de Diputados y regalan de manera gratuita argumentos a quienes tienen dudas de votar por ellos», dijo el diputado de la DC, Eric Aedo.

Desde el PS, el diputado de ese partido, Raúl Leiva, sostuvo que «es un hecho objetivo que la elección de la nueva mesa de la Cámara de Diputados es un proceso complejo». Leiva agregó que «ahora bien, no por la coyuntura electoral en la corporación, si no por un tema de estabilidad institucional, es importante que las declaraciones que uno formule, o cualquier actor político, no den lugar a duda alguna que el marco institucional es el que ordena todo tipo de deliberación».

Las negociaciones con el PDG

Y es que las declaraciones del PC, aparecen cuando el oficialismo aún no tiene los votos para asegurar la mesa de la Cámara. Desde el Ejecutivo, de hecho, se encuentran evaluando distintas alternativas.

Una de ellas sería terminar dándole el cupo al PDG, bancada con que el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde, se reunió la semana pasada. Ahí desde ese partido le habrían reafirmado que no están dispuestos a ceder en la presidencia.

El escenario es complejo para el Ejecutivo. Para llegar a la presidencia de la Cámara se requiere la mayoría simple, es decir, 78 votos. Si el candidato no alcanza ese número, se llega a una segunda vuelta en la que gana el que saque la mayoría de los presentes en sala.

Entre Chile Vamos, el Partido Republicano, Demócratas y el Partido Social Cristiano -más algunos independientes-, la oposición llega a 73 votos, y podrían ir a la caza de los votos del Partido de la Gente.

Por eso al gobierno le apura un acuerdo, aunque el margen es poco. Y es que el Ejecutivo y sus partidos tienen que optar entre mantener la opción del PC y probablemente perder la mesa de la Cámara, o pagar los costos de desplazar a la tienda una vez más de la posibilidad de presidir la Cámara. «La decisión de postergar una vez más al PC no tiene a todos tranquilos en el oficialismo. Si se vienen tiempos difíciles y nos va a tocar perder, bueno es parte de las reglas del juego y la situación a la que nos arrastró el gobierno, el diseño que hicieron», señaló el diputado PPD, Jaime Araya.

Cariola y su historial en proyectos de seguridad

En el oficialismo, creen en todo caso, que el panorama de que el PC, a través de Cariola, llegara a la presidencia de la Cámara, era una tarea compleja desde el inicio. Esto porque la diputada ha sido uno de los rostros del denominado estallido social, y de la oposición a los proyectos en materia de seguridad.

Todo en momentos en que el gobierno busca llegar a acuerdos para sacar adelante la agenda de seguridad, que podría incluir incluso la participación de militares en las calles.

Internamente, desde la oposición han hecho ver que Cariola ha votado en contra o se ha abstenido en la mayoría de los proyectos estratégicos en esta materia.

Por ejemplo, se abstuvo de la Ley Antibarricadas, votando posteriormente en contra de una modificación hecha en el Senado. También rechazó la Ley de Crimen Organizado que pretendía mejorar la persecución al narcotráfico.

Otro caso emblemático es el de la ley que tipifica como delito el robo de madera, que Cariola también votó en contra.

Cariola v/s Cuello

En el PC sabían que, pese a que en el papel había un compromiso de que les correspondía a ellos la presidencia de la Cámara, ese panorama no estaba asegurado hasta el día de la votación.

En el partido, de hecho, aún no estaba completamente zanjado el nombre que postularían. Si bien la primera opción era de la diputada Cariola, en el partido también tenían como carta bajo la manga al jefe de bancada, Luis Cuello.

Cuello era visto como una figura más transversal que Cariola, al mismo tiempo que en el partido y el Ejecutivo es considerado como un parlamentario más cercano al presidente de la tienda, Lautaro Carmona.

Original de El Líbero

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